El diputado Fernando Charleston Hernández, presidente de la Comisión de Desarrollo Social, afirmó que en México existen más de 52 millones de pobres, de los cuales 13 millones se encuentran en situación de pobreza extrema y 7.4 padecen escasez de alimentos.
Ante ello, la Comisión a su cargo buscará reunirse con la titular de la Secretaría de Desarrollo Social, Rosario Robles Berlanga, para conocer “al cien por ciento” cómo se va a llevar a cabo la Cruzada Nacional Contra el Hambre.
También promoverá una entrevista con el secretario ejecutivo del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (CONEVAL), Gonzalo Hernández Licona, para allegarse información que permita dar una opinión fundamentada acerca de la Cruzada.
“Con estas reuniones haremos propuestas y opiniones que servirán para enriquecer el programa, porque si alguien está en contacto directo con la sociedad somos nosotros. Haremos llegar nuestras propuestas al Ejecutivo para que sean tomadas en cuenta”, subrayó.
Charleston Hernández manifestó la importancia de mantener una relación estrecha con el Ejecutivo, pues la necesidad alimentaria es un tema que incumbe a todos.
“La Cruzada Nacional Contra el Hambre no es esfuerzo de un solo poder o un solo nivel de gobierno; incluye a la sociedad, a la iniciativa privada y, por supuesto, a los legisladores”, indicó.
Por ello, dijo que estarán pendientes de las reglas de operación y los indicadores del programa para dar una opinión fundamentada que dé fuerza al proyecto.
Refirió que la situación de la pobreza en México “es muy difícil; es una realidad que lastima a todos los mexicanos, independientemente de ideologías y partidos”, pues 52 millones de personas en pobreza representan casi el 48 por ciento de la población total del país.
Destacó la necesidad de acabar con el asistencialismo de los programas sociales, por lo que en el próximo periodo de sesiones la Comisión buscará dotarlos con elementos de capacitación y productividad, pues “sólo así los beneficiarios incrementarán su productividad y en algún momento, dejarán de ser pobres”.
Consideró necesaria una asociación directa entre política económica y política social, pues deben ir encaminadas al mismo punto para evitar que “se sigan incrementando los presupuestos y, desafortunadamente, la pobreza siga aumentando”.