Los estudiantes Guillermo Wells Abascal y Ana Martínez Pacheco, de Mexicali, Baja California, ganadores del primer lugar del Premio Nacional Juvenil del Agua (PNJA) 2015, recibieron hoy su reconocimiento y se alistan para representar a nuestro país en la fase internacional del concurso, a celebrarse del 23al 28 de agosto en el marco de la Semana Mundial del Agua en Estocolmo, Suecia.
En la ceremonia realizada en la residencia oficial del embajador de Suecia en México, Jörgen Persson, quien dio la bienvendia, también se premió a Ameyalli Bernal Gómez, segundo lugar; a Ronald León Canul y Kevin Peña Novel, tercer lugar, y Elizabeth Cano Bautista, Tania Cerón García y Lourdes Cristóbal Vázquez, quienes se hicieron acreedores a una mención honorífica.
En su participación, Jaime Urrutia Fucugauchi, presidente de la Academia Mexicana de Ciencias, que organiza de manera conjunta con la Embajada de Suecia en México el PNJA, dijo que “la ciencia se ha construido con aportaciones de numerosos individuos a lo largo de generaciones, a partir de la curiosidad, creatividad, intuición, capacidad de observación y de análisis, que forman las herramientas esenciales para resolver problemas. Y sin duda, uno de los retos más apremiantes de nuestro país es el agua”.
Destacó la importancia del concurso, ya que contribuye a “fomentar en los jóvenes la conciencia y el conocimiento acerca del valor y la situación del agua en nuestro país y en el planeta, tarea indispensable en estos tiempos”.
Maja Fjaestad, subsecretaria de Desarrollo Estratégico y Cooperación Nórdica de Suecia, señaló que su país es una de las cinco naciones del mundo que más invierten en investigación y desarrollo. Al año destina entre el 3% y 4% del Producto Interno Bruto. “El hecho de que el Premio Nobel sea otorgado por Suecia, indica la importancia que damos a la ciencia; el PNJA es otro ejemplo de ello ya que este premio se basa en la convicción de que los jóvenes pueden contribuir en la búsqueda de soluciones para la conservación y el manejo sustentable, equitativo y eficiente del agua”.
Destacó que, estimaciones de la ONU, señalan que 748 millones de personas en el mundo viven sin acceso a agua limpia, seis veces la población de México y 78 veces la de Suecia, y agregó que de acuerdo con OCDE, en el mundo mueren 3.4 millones de personas cada año por falta de agua. Ante esta problemática, Fjaestad felicitó a los jóvenes finalistas por su interés en este recurso esencial, y por su capacidad para aplicar la ciencia en el desarrollo de sus proyectos.
En tanto, la subdirectora de Bienestar y Servicios Juvenil del IMJUVE, Alejandra Sandoval, celebró la oportunidad para generar conciencia, crear e impulsar alternativas innovadoras para preservar el medio ambiente y que se pueden resaltar a través del PNJA.
Recordó que según la Encuesta de Valores de la Juventud 2012, siete de cada diez jóvenes en México mencionó estar muy interesado en temas de medio ambiente, y que seis de cada de diez dijo que la protección al medio ambiente es una prioridad.
“Hemos entrado en una etapa en la que tenemos la capacidad y el compromiso de crear conciencia entre las y los jóvenes para que trabajen en favor de causas y en la protección de los recursos naturales de la humanidad”.
Para Hugo Hernández, de la Gerencia de Cooperación Internacional de la CONAGUA, es un orgullo que los jóvenes mexicanos demuestren su interés en hacer frente a los grandes problemas globales, como lo son los relacionados con el agua, y en este sentido “el PNJA busca impulsar el desarrollo de ideas que puedan transformarse en acciones que beneficien ampliamente a la sociedad, este objetivo se cumple una vez más, demostrando la competitividad mexicana frente a los retos globales”.
En su intervención, Ana Martínez Pacheco, integrante del equipo ganador, reconoció que además del reconocimiento, “nos llevamos el compromiso de actuar en beneficio del cuidado y preservación del agua como recurso natural y su disposición como fuente de vida”.
En tanto, la alumna Ameyalli Bernal Gómez agradeció a los organizadores del premio por convocar a este certamen y contribuir a fomentar el interés social ante el problema de la disponibilidad del agua potable en el mundo. Exhortó a la sociedad a una participación real sin esperar que las entidades de gobierno resuelvan la problemática del agua.
El PNJA convoca a alumnos entre 15 y 20 años de edad de cualquier parte del país que realicen en México sus estudios de secundaria, bachillerato o un nivel equivalente. En el PNJA colaboran también 13 instituciones públicas y privadas más. Este año el jurado dictaminó entre 22 proyectos, en los cuales participaron un total de 48 estudiantes de 10 estados del país. Desde el año 2000 México ha participado en el concurso internacional “Stockholm Junior Water Prize”.
Proyectos premiados
Guillermo Wells y Ana Martínez, del Instituto Salvatierra, Mexicali, Baja California, ganaron el primer lugar con el proyecto que propuso la creación de métodos caseros para la detección y eliminación de flúor en el agua, para lo que usaron acetato de calcio y carbón activado.
Con el trabajo “Manantial de tierra”, Ameyalli Bernal, de la preparatoria “Lic. Jesús Ángeles Contreras”, de Ixmiquilpan, Hidalgo, ganó el segundo lugar. La idea de este proyecto se basó en que los sistemas sanitarios convencionales generan graves problemas de salud, ambientales, económicos y sociales porque no están diseñados con criterios de sustentabilidad.
Para ello construyó un sistema sanitario basado en la organoponia, que contribuye a la incorporación de nutrientes y agua de uso doméstico a los ciclos naturales, con lo que se evita la contaminación y desperdicio del agua por actividades domésticas.
Ronald León y Kevin Peña del Colegio de Bachilleres del Estado de Yucatán, que obtuvieron el tercer lugar, pusieron en marcha, desde hace un año, el plan ecológico para el tratamiento de los residuos de aceite comestible que se generan en el puerto de Sisal, esto con el fin de evitar la contaminación del agua, ya que el manto freático de Yucatán es vulnerable ante esta situación, por lo tanto, se recolectó el desecho de aceite comestible para darle tratamiento químico y producir Biodiesel, un biocombustible libre de contaminantes, que puede ser empleado en fogones ecológicos.
Mención honorífica merecieron Elizabeth Cano, Tania Cerón y Lourdes Cristóbal del Colegio de Bachilleres del Estado de Hidalgo plantel San Agustín Tlaxcala, al plantear un manera de eliminar el arsénico del agua del valle de Zimapán (Hidalgo), zona semiárida, en donde se han detectado concentraciones, superiores a la normativa internacional, de arsénico en el agua subterránea