El presidente de la Comisión de Competitividad de la Cámara de Diputados, Adolfo Orive Bellinger, informó que del total del Producto Interno Bruto (PIB) que se genera en México, sólo el 16 por ciento corresponde al sector de la industria manufacturera, “prácticamente no pinta”, la mayor parte son servicios y una mínima parte corresponde al sector primario (agropecuario).

Explicó que el problema es que el sector servicio ha incrementado en “changarros”, es decir que el micro y pequeño empresario apenas sobrevive en la economía informal, sobre todo en el comercio minoritario, y eso no es suficientemente productivo ni da crecimiento económico.

Con ello fundamentó la necesidad de promover una política industrial con encadenamiento entre la gran empresa, la mediana,  la pequeña y la micro empresa.

El diputado Orive Bellinger se reunió con el Director Adjunto de la sede subregional de la CEPAL en México, Juan Carlos Moreno-Brid, quien dictó la conferencia Política industrial, necedad, nostalgia o necesidad.

En su calidad de especialista de la Comisión Económica Para América Latina, consideró que sin una política industrial, que puede denominarse política de desarrollo productivo, será imposible que México registre crecimiento sostenido y mejoras sociales para su población.

Planteó que con una política industrial se puede lograr un cambio estructural al crear actividades intensivas en conocimiento científico, tecnológico y en demanda.

Indicó que esas actividades, al generar rentas, deben ser transparentes y sujetas a rendición de cuentas.

Expuso que la consecución de la estabilidad macroeconómica por sí sola es insuficiente para ir por una senda de crecimiento económico sostenido de 5 por ciento y más, con igualdad incluyente, que es un derecho efectivo y exigible.

La política industrial debe ser competitiva e integral, es decir ser “el motor de la locomotora para arrastrar a todos los vagones o eslabones de la cadena productiva y jalar a todos los productos y procesos”.

Enfatizó que deben invertir conjuntamente el Estado y la iniciativa privada; se necesita inversión pública en carreteras, telecomunicaciones y puertos. Además, los bancos que tienen enormes ganancias deben dar crédito también a las pequeñas y medianas empresas o industrias.

El actual modelo ha demostrado que debe ser transformado para generar el empleo de calidad bien remunerado y educación, ya que ambos son  factores que elimina la cadena de pobreza en la que se encuentran más de 50 millones de mexicanos, afirmó.

Señaló que es una necedad insistir en la estabilidad macroeconómica  porque en 25 años ha sido insuficiente para alcanzar crecimiento y mejoras sociales.

Una reforma en la que se fortalezca la industria debe contar con un presupuesto para materializarse. Al mercado interno no hay que ignorarlo sino potenciarlo, y no sólo enfocarse al sector exportador, agregó.