Tras señalar que el suicidio se convirtió en uno de los problemas más graves de salud pública en nuestro país, sobre todo entre los jóvenes, donde representa la tercera causa de muerte, el Senado de la República aprobó que la última semana de septiembre sea considerada como la Semana Nacional para la Prevención del Suicidio.
En un primer punto de acuerdo, se manifestó que cifras del Consejo Nacional Contra las Adicciones registran que cada año al menos cinco mil 840 suicidios y 10 mil 500 intento s de niños y adolescentes que recurren a armas de fuego y punzocortantes, raticidas, ahorcamiento o saltar desde lugares altos.
Entre los infantes, continúa, las causas pueden ser, entre otros, problemas familiares, separación de los padres, fracaso escolar o “acoso escolar”.
Ante este panorama, el pleno de la Cámara de Senadores hizo un llamado al Ejecutivo Federal para que, en coordinación con las Secretarías de Salud y de Educación Pública, implementen políticas que incidan de manera efectiva en la disminución de este fenómeno entre la niñez y la juventud.
En otro resolutivo aprobado este día, la asamblea solicitó que se declare la última semana de septiembre como la Semana Nacional para la Prevención del Suicidio y exhortó a las dependencias de la Administración Pública Federal para que realicen una campaña nacional con la colaboración de organizaciones civiles y medios de comunicación.
Además, conminó a los gobiernos de los estados y del Distrito Federal, a realizar acciones encaminadas a prevenir el suicidio.
Al respecto, el senador Francisco Salvador López Brito resaltó que la frecuencia de este fenómeno aumentó casi cuatro veces en las últimas tres décadas, al pasar de una tasa de dos casos por cada 100 mil habitantes a ocho por cada 100 mil habitantes.
El legislador panista destacó que uno foco de atención es el sector de la juventud, toda vez que representan el 42 por ciento de las personas que optan por quitarse la vida, de acuerdo con el INEGI.
Consideró que uno de los mayores retos que enfrenta nuestro país es que muy pocos afectados reciben la atención médica adecuada y los casos no atendidos o con terapias erróneas pueden evolucionar hacia esta lamentable decisión.
En el caso de los jóvenes, resaltó, en algunas ocasiones el suicidio puede ser el resultado de la conducta impulsiva propia de los adolescentes por corajes, decepciones, consumo de drogas, alcohola o frustraciones relativas a las expectativas de vida.
En este contexto, los senadores subrayaron la importancia de sumar esfuerzos en la atención de dicha problemática y respuesta debe sustentarse en la coordinación para la implementación de políticas públicas que ayuden a incidir de manera efectiva en su prevención y erradicación.