A unos cuantos meses de cumplir sus primeros 25 años de existencia, el programa Verano de la Investigación Científica de la Academia Mexicana de Ciencias realizó su Reunión Nacional de Coordinadores con el objetivo de iniciar la planeación de los festejos por su próximo aniversario y discutir las áreas de oportunidad para mejorarlo.
“Ha sido importante esta reunión para conocer y aprovechar las experiencias de todos. Llevo dos años al frente del programa y tuve la oportunidad en esta ocasión de conocer personalmente a los coordinadores estatales, aunque la comunicación siempre ha existido; además el 25 aniversario del programa es un momento coyuntural para reflexionar sobre cómo pensamos colectivamente el programa, discutamos sobre su impacto y evolución y compartamos experiencias, problemáticas y las mejores prácticas”, dijo Víctor Pérez Abreu, director del programa.
El evento celebrado el pasado viernes en la Ciudad de México convocó a 33 coordinadores estatales provenientes de la mayoría de las entidades federativas de la República, de los más de un centenar que apoyan este programa.
El Verano de la Investigación Científica consiste en que jóvenes estudiantes de licenciatura y en ocasiones de bachillerato, realicen una estancia de siete semanas durante el verano en los más prestigiados centros e instituciones de investigación en el país bajo la supervisión y guía de científicos en activo. Por lo pronto, este año ya comenzó los festejos de su vigésimo quinto aniversario renovándose en algunos aspectos.
Entre los cambios que se han realizado se encuentra un nuevo proceso de selección de becarios basado en un ensayo argumentativo que los alumnos entregaron junto con su solicitud y en el que debieron explicar por qué deseaban trabajar con determinados investigadores. De acuerdo con el matemático especialista en estadística, esta medida se tomó porque es una de las mejores prácticas que ya se realizan en los Veranos a nivel internacional.
Además se redujo el tiempo de estancia de nueve a siete semanas para empatar la disponibilidad de tiempo de los profesores con la de los estudiantes y se pidió que al final de su estancia llenaran un cuestionario/reporte que servirá para medir el impacto del programa.
Sin embargo, aún hay retos por enfrentar, reconoció Pérez Abreu, uno de estos es estandarizar la participación de las entidades federativas pues hay estados que tienen considerablemente un mayor número de becarios respecto a los demás, como Sinaloa, Jalisco, Veracruz, Tamaulipas y el Distrito Federal.
“Dos áreas principales de oportunidad de mejora son hacer más eficiente la logística del programa e incidir más a nivel nacional pues hay estados muy bien representados, pero hay otros que no, entonces tenemos que llevar a cabo acciones para incrementar la participación de los alumnos en todo el territorio nacional”.
Promover el interés de los jóvenes para realizar su estancia en el área de físico-matemáticas también es una tarea pendiente, ya que es la que menor número de solicitantes tiene respecto a las otras tres: biológicas, biomédicas y químicas; ciencias sociales y humanidades, e ingeniería y tecnología.
Un punto central que se discutió en la reunión fue la necesidad de establecer una forma de evaluación del programa con la intención de conocer el impacto que ha tenido a nivel regional y nacional. “Tenemos una idea de qué tanto este programa influye en que los estudiantes que participan en él se dediquen o no a la ciencia o que hagan un posgrado, pero no tenemos datos duros, números”, admitió Pérez Abreu.
De acuerdo con Gloria Trigos Reinoso, coordinadora estatal por Tamaulipas y representante de la Universidad Autónoma de dicho estado y de otras nueve universidades de la región, este encuentro permitió el intercambio de los trabajos realizados en el interior de las instituciones a las que están adscritos los coordinadores. “Con esos resultados esperamos motivar a las instituciones que no han incursionado en el campo de la evaluación de impacto para avanzar en ellas y para que sea un factor básico para tomarse en cuenta y reorientar algunas acciones. Creo que el criterio de agregar o fortalecer la evaluación será sumamente importante para el desarrollo del programa”.
Trigos, quien participa en el Verano de la Investigación Científica desde sus inicios en 1991, se mostró confiada en los beneficios que derivarán de la reunión pues dijo que veía una gran empatía en sus colegas y una gran convicción de que deben continuar los esfuerzos y fortalecerse.
“Sí estamos convencidos los que estamos al interior de las instituciones pues creo que hay más probabilidades de que esto siga creciendo (…) Para mí este programa es el pilar del desarrollo científico y tecnológico, es decir, formar al recurso humano desde el principio es algo básico, desde licenciatura y darles la oportunidad a los jóvenes en ese sentido es algo extraordinario”, resaltó.
Los coordinadores coincidieron en que el próximo aniversario de este programa de la Academia Mexicana de Ciencias es una coyuntura para incidir en las políticas públicas y atraer más recursos que permitan la ampliación y consolidación de este programa enfocado en la captación de talentos científicos.
Para festejar el 25 aniversario una de las propuestas es dar a conocer al público las historias de aquellos estudiantes cuya trayectoria académica se haya catapultado tras participar en el Verano de la Investigación Científica.