Por Jacqueline Jiménez Martínez

El embajador de Cuba, Manuel Francisco Aguilera de la Paz, recibió de manos de Katrina Anne Cooper, embajadora de Australia, la tradicional charola de plata

La Embajada de Cuba en México ofreció una recepción con motivo del término de misión del embajador Manuel Aguilera de la Paz, la cual se llevó a cabo el pasado 20 de septiembre en la sede diplomática.

En esta ocasión no pudo estar presente el decano del cuerpo diplomático acreditado en México, Valery Morozov, y en su nombre asistió Katrina Anne Cooper, embajadora de Australia, quien le dio la tradicional charola de plata firmada por todos los embajadores, y también leyó el mensaje de Morozov, en el cual se refirió a Aguilera de la Paz como alguien con una distinguida trayectoria, un profesional de alto nivel, de inteligencia excepcional, un colega amable y un excelente orador, que inició su carrera en la cancillería de Cuba en 1993 y que desde 2007 fungió como embajador de su país en México.

Por otro lado, la embajadora Norma Pensado, subsecretaria para América Latina y el Caribe de la Secretaría de Relaciones Exteriores, indicó que Aguilera de la Paz hizo una gran labor por la normalización de la relación entre ambos países, trabajando en la promoción y la reactivación de los grupos de trabajo y mecanismo nacionales, con un seguimiento puntual a cada una de las áreas de colaboración, dejando un legado importante.

Posteriormente, llegó el turno al embajador Manuel Aguilera de la Paz, quien expresó que él y su esposa dejan México sin tristeza, “muy felices de regresar a nuestra añorada isla y a nuestro hogar, pero también de haber vivido esta maravillosa experiencia. Estos cinco años han sido de los mejores de nuestra vida. Conocer México siempre fue uno de nuestros mayores sueños”, confesó.

De manera que, al no haber podido conocer todos los estados de la República, aseguró que aún les quedan cosas pendientes, razón por la cual regresarán de visita, “sabemos que es un adiós temporal y que nos volveremos a ver”, dijo.

Asimismo, manifestó que pudo comprobar que existe un cariño especial y fuerte entre los mexicanos y los cubanos, “una verdadera hermandad sólida e indestructible. No hubo un sólo lugar de los muchos que visitamos, por apartado o lejano que fuera, donde no sintiéramos ese cariño cuando la gente conocía que somos cubanos”, contó el diplomático, aseverando que al mismo tiempo admiraron el arte, el colorido, la exuberancia de la naturaleza y de la arquitectura en todos los lugares que visitaron, pero sobre todo, el calor humano, la laboriosidad, la sencillez y la amabilidad de su gente, “en todas partes nos hicieron sentir como en nuestra propia casa”.

Igualmente, el embajador comentó que espera haber contribuido a dar a conocer más de su cultura, su historia y la realidad compleja, tergiversada y manipulada por la guerra mediática con el imperio vecino, que con todo su poderío, libra contra la patria cubana con el propósito de demonizar, aislar y destruir la revolución socialista.

En ese sentido, agradeció la enorme solidaridad recibida siempre del pueblo mexicano, en particular a través del Movimiento Mexicano de Solidaridad con Cuba, y también la posición invariable del actual gobierno y de los anteriores, de rechazo al criminal bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por Estados Unidos contra Cuba desde hace más de 50 años.

De la misma manera, reconoció el valioso y decidido apoyo que muchos mexicanos han brindado a la causa de la lucha por la liberación de sus cinco héroes antiterroristas que el pasado día 12 cumplieron 14 años de “injusta y cruel prisión en Estados Unidos”.

Para finalizar, agradeció la hospitalidad y cordialidad del pueblo mexicano, por su solidaridad y por su confianza. “Gracias por la amistad que nos brindaron y por enseñarnos a amar a este país tanto como ustedes lo aman. Ésa es otra excelente razón para volver”, concluyó.

Revista Protocolo