La Confederación Nacional Campesina denunció que más de 12 millones de indígenas en México sufren en pleno siglo XXI exclusión, pobreza y una inexorable marcha hacia su extinción definitiva; y alertó que 144 lenguas nativas están en riesgo de extinción.
En vísperas del “Día Nacional de la Resistencia India” que se celebra este 12 de octubre, Gerardo Sánchez García, presidente de la CNC, aseguró que los indígenas que sobreviven en México, en cerca de 20 mil comunidades de más de 1,500 municipios, siguen agobiados por la miseria extrema y por el protagonismo asistencialista del actual Gobierno Federal panista.
El líder cenecista demandó al Gobierno Federal aplicar y hacer realidad la Declaración Universal de los Derechos de los Pueblos Indígenas, aprobado en 2007 por la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
Gerardo Sánchez García manifestó que, pese a lo que se diga en los discursos, los pueblos indígenas del país siguen en el abandono, además de que enfrentan políticas sociales y agrarias discriminatorias, por lo que con este sector el gobierno continúa en deuda.
Luego alertó que existe el riesgo de extinción de cerca de 144 lenguas indígenas en nuestro país, de las cuales 21 de ellas están en situación crítica como la chontal de Oaxaca, el lacandón de Chiapas, el náhuatl de Tabasco, el zapoteco de Veracruz y Oaxaca, y el awakateco, del que sólo existen tres personas en Campeche que lo hablan, seguido del tuzanteco con cinco parlantes.
El dirigente recordó que el Gobierno Federal ha convertido en “letra muerta” la reforma a la Constitución en materia de Derechos y Cultura Indígena, y llamó a la actual administración a voltear hacia los pueblos originarios, porque si el campesinado nacional sufre problemas, el sector indio los padece al doble o triple.
El líder de la CNC recordó que el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (CONEVAL) ha revelado que la población indígena padece pobreza multidimensional, esto es, falta de ingresos suficientes para adquirir bienes y servicios y que la mayoría sigue en pobreza extrema, al no tener acceso a una adecuada alimentación, a los servicios de salud y a la vivienda digna.