Dos empleadas de la Comisión Nacional de Derechos Humanos pedirán la intervención de las legisladoras que integran la Comisión del ramo del Senado de la República, porque el presidente de dicho organismo, Raúl Plascencia, buscó proteger a uno de sus colaboradores que ya está detenido por acoso sexual.
De acuerdo con la versión de las afectadas, el funcionario responsable fue denunciadoante la Procuraduría General de la República, PGR, donde se ordenó la investigación y al encontrarse elementos suficientes del delito cometido, se giró orden de aprehensión en contra de Arturo Zárate Vite, quien ocupaba el cargo de coordinador general de Comunicación y Proyectos de la CNDH.
Una vez detenido y remitido al reclusorio, el primer visitador del organismo trató de que las empleadas se desistieran de su denuncia, aun cuando la Ley de Servidores Públicos, en su artículo 8, párrafo XXI, dice: "el servidor público debe abstenerse de inhibir la denuncia y evitar cualquier acto u omisión que redunde en perjuicio de los quejosos".
Pero además, también el presidente de la CNDH, Raúl Plascencia, negó audiencia a las víctimas de acoso sexual y a dicho de las propias quejosas, fue ese mismo alto funcionario la causa de que el órgano interno de control dilatara las investigaciones.
En un comunicado las afectadas consideran que “sin lugar a duda, Raúl Plascencia, presidente de la CNDH, y su primer visitador, Luis García López-Guerrero, deberán de responder por la actitud asumida”.
Añaden que la causa penal se radicó en el juzgado Primero de Proceso Penales Federales en el DF, autoridad que libró la orden de aprehensión.
Antonio Carreto, funcionario en turno en el Ministerio Público, y quien encabezó la investigación determinó que existen elementos suficientes para acreditar su culpabilidad.