Ante la importancia de conocer la problemática que representa la extracción del agua subterránea y el suministro de la misma a la población, la doctora e investigadora María Deogracias Ortiz Pérez realizó el estudio El agua de consumo humano en México.

El informe reveló que en el país al menos 20 estados enfrentan contaminación del agua, misma que es suministrada a la población a pesar de no cumplir con los estándares adecuados para el consumo humano.

“Este líquido se contamina de manera natural con el propio subsuelo, por lo que contiene elementos inorgánicos como flúor, arsénico y plomo, al mantener altos niveles de estos componentes no es posible eliminarlos a través de la cloración y tampoco hirviendo el agua”, señaló la investigadora durante entrevista con Teorema Ambiental.

Asimismo, estos elementos contaminantes están presentes en las rocas del subsuelo, el agua subterránea los contiene y están perfectamente diluidos, es decir, son invisibles e incoloros, pero sus altas concentraciones en el vital líquido rebasan los límites máximos permitidos en la Norma Oficial Mexicana 127.

El problema radica principalmente en que los gobiernos de los estados suministran esta agua para el consumo humano y la están llamando agua potable por el simple hecho de clorarla y entubarla, pero “en realidad se debería de llamar agua entubada y avisarle a la población que no la puede consumir, ya que este proceso no es suficiente para eliminar o disminuir los elementos contaminantes que contiene”, argumentó la investigadora.

El estudio revela que los principales estados que enfrentan esta problemática son Guanajuato, Baja California, Durango, Zacatecas, San Luis Potosí, Chiapas, Hidalgo, Jalisco, entre otras entidades federativas.

Principalmente en el estado de San Luis Potosí, el 70 por ciento del agua distribuida que proviene de fuentes subterráneas contiene altas concentraciones de flúor y arsénico. Esta situación se agrava en municipios del altiplano y centro como Villa de Ramos y Santo Domingo, al aquejar la salud de sus habitantes.

Las afectaciones a la salud por flúor van desde los dientes manchados, a lo que se le conoce como fluorosis dental, hasta daños en el cerebro que disminuyen el coeficiente intelectual, esto es respecto a la población infantil, mientras que en los adultos se presenta la rigidez de los huesos que conduce a un mayor índice de facturas.

Sumado a esto, el arsénico es un compuesto cancerígeno que provoca problemas circulatorios y manchas en la piel, ante esta situación “es importante que la gente esté enterada que si el agua contiene estos elementos en mayor cantidad de lo permisible no es apta para el consumo humano y la preparación de los alimentos”, especificó la investigadora Ortiz.

Por último, señaló que las acciones de solución deben estar enfocadas a corto, mediano y largo plazos como el incremento en el número de presas, la recolección de agua de lluvia y la descontaminación del agua subterránea (pozos) , la recolección y tratamiento de aguas de lluvia y el incremento en el número de presas . Los gobiernos están obligados a dar solución a esta problemática social que representa graves daños de salud a la población mexicana, puntualizó.

Con información de la revista digital Teorema Ambiental