En México y el mundo, la prevención y tratamiento contra el sida (síndrome de inmunodeficiencia adquirida) han tenido buena respuesta, lo que deriva en su disminución en 25 países y se mantiene estable en otros tantos –según datos de 2012 de ONUSIDA–, sin embargo, en otras naciones continúa su crecimiento, detalló Carmen Soler Claudín, del Instituto de Investigaciones Biomédicas (IIBm) de la UNAM.
Esta información demuestra que si los gobiernos toman las medidas adecuadas, la epidemia más importante del siglo XX puede controlarse y evitar un incremento exponencial.
Aunque en nuestro territorio la cifra de contagiados se mantiene estable, el número de quienes ignoran que están infectados por el virus de inmunodeficiencia humana (VIH) aún es importante. “Hay quienes nunca se han hecho un examen diagnóstico a pesar de mantener relaciones sexuales de riesgo”.
Una de las características importantes del VIH es que puede permanecer en el organismo hasta ocho años sin presentar sintomatología; en ese tiempo, además de infectar a otros, la esperanza de vida del portador se acorta debido a que el virus ya destruyó el sistema inmune.
La ONUSIDA para América Latina estima que en México existen más de 179 mil portadores y 48 por ciento podría no saberlo. Además, cerca de la mitad de los diagnósticos se realizan de manera tardía.
“Ése es uno de los problemas más graves, cómo controlar la enfermedad si la gente desconoce que está infectada y, por lo tanto, es transmisora. El esfuerzo que se ha hecho en el país en cuanto a disponibilidad de diagnóstico es insuficiente. Los jóvenes, en particular, siguen sin tener información adecuada”, planteó la universitaria.
En el contexto del Día Mundial de la Lucha contra el Sida, que se conmemora este 1 de diciembre, resaltó que la población joven presenta un mayor riesgo de padecer nuevas infecciones. Este grupo etario desconoce los riesgos de las prácticas sexuales no protegidas y no saben del todo cómo prevenir.
Soler Claudín indicó que el contacto sexual en una pareja debe ser consensuado y con protección. Por cuestiones culturales, aún “no educamos en forma adecuada a los jóvenes en este tema; si alguien insiste en el uso del condón, se le estigmatiza”.
De hecho, así nació la epidemia, asociada exclusivamente con un segmento al que la colectividad no acaba de aceptar, como hombres que tienen sexo con otros hombres.
Los medios de comunicación deben contribuir a que la sociedad perciba al VIH y al sida de una forma diferente. “Es una infección, no hay culpables ni víctimas, se transmite por contacto entre personas, igual que cualquier otra; somos sexuados desde que nacemos hasta que morimos, por lo que los individuos deben ejercer su sexualidad, pero con responsabilidad".
Al inicio de la epidemia, en la década de 1980, las mujeres se infectaban por transfusiones sanguíneas y el panorama cambió con la inclusión de controles de calidad para las donaciones. Hoy se infectan entre una y tres por cada cinco hombres.
Carmen Soler Claudín resaltó la necesidad de que las embarazadas se realicen una prueba de VIH en forma voluntaria y gratuita. “Entre 2001 y 2006, el gobierno del Distrito Federal logró ese objetivo, pero no existe continuidad de los programas”.
En México existe una ventaja epidemiológica en general –desventaja para la población específica–: la epidemia es concentrada, es decir, los grupos más afectados son los más vulnerables (hombres que tienen sexo con hombres, usuarios de drogas, trabajadoras y trabajadores sexuales).
A nivel nacional e internacional, el acceso a los retrovirales ha mejorado. Desde 1996 el IMSS ofrece ese tipo de medicamentos a sus derechohabientes infectados, mientras que fundaciones y organismos de la sociedad civil se encargaban de proporcionarlos a quienes carecían de seguridad social. Desde 2003, éstos los reciben a través de la Secretaría de Salud, mediante el Fondo de Protección contra Gastos Catastróficos del Seguro Popular.
“Entonces, existe acceso a medicamentos, pero si la gente no llega a los servicios de salud, ¿cómo los atiendes? Es durante el primer año de la infección donde ocurre el mayor número de decesos, pero si se detectan a tiempo, las personas pueden sobrevivir más de dos décadas”.
El diagnóstico oportuno es una de las mejores herramientas para dar respuesta eficaz a este virus, de ahí la importancia de haber establecido el 23 de noviembre el Día Nacional de la Prueba de Detección del VIH, sin embargo, sería deseable que todos los días se realizaran este tipo de campañas, en particular entre los jóvenes y todas aquellas personas que tengan actividad sexual, finalizó.
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, el virus daña las células del sistema inmunológico, anula su función de lucha contra las infecciones y enfermedades.