Es necesario y urgente trabajar en la prevención, promoción y atención de salud mental y comportamientos hostiles de quienes sufren bullying en México, así como crear Centros de Psicoterapia Lúdica con tratamiento ambulatorio para atender a niños y adolescentes con este tipo de problemas, afirmó la senadora María Elena Barrera Tapia.
Y añadió: “En México no hay estadísticas que den cuenta de cuál es el grado del problema que se tiene en afectaciones mentales, lo que indica un vacío en este tema que es necesario atender”.
Según datos de la Organización Mundial de la Salud, en México 4 de cada 10 jóvenes son víctimas de algún abuso físico o sexual, lo que puede desencadenar algún problema de salud mental, como puede ser depresión, angustia y ansiedad.
Ante estas agresiones, declaró, nuestra niñez corre el riesgo de que su exposición a trastornos conductuales, se manifiesten en la edad adulta por lo que si no actuamos hoy, en el 2020 se presentará como una de las principales causas tanto de mortalidad, como de morbilidad en nuestro país, por lo que pidió se apruebe la iniciativa que presentó para reformar a la Ley General de Salud y así establecer la atención hacia ese sector.
También propuso incluir el tema de padecimientos mentales adicionando el artículo 76-Bis en la ley antes mencionada, a fin de complementar los esfuerzos que se están haciendo por parte de las autoridades de los tres órdenes de gobierno en los temas de salud mental.
“Con ello se implementarán más espacios que serán Centros de Psicoterapia Lúdica con tratamiento ambulatorio, lugares que prevean trastornos mentales en la infancia y la juventud, así como la atención de menores que presenten alteraciones mentales o de conducta”, detalló.
Barrera Tapia expresó que con estas acciones y estrategias preventivas, se atenderá a los niños con trastornos primarios de salud mental, para que superen situaciones como las que se viven actualmente, pues se trata de violencia en comunidades; de violencia intrafamiliar, que en ocasiones son realizadas por menores que no saben cómo reaccionar o superar pérdidas familiares; el divorcio, separación o disolución familiar, o incluso se puede manifestar en trastorno alimenticio y de obesidad en los pequeños.
Por último, comentó que a pesar de los avances que existen en México en cuanto a políticas y programas de salud mental para niños y adolescentes no han tenido el impacto esperado, ya que los sistemas de atención están fragmentados, son ineficaces, costosos e inaccesibles.