*Saqueo de la riqueza nacional

Arturo Burnes, de la Universidad Autónoma de Zacatecas, sostuvo que a partir del siglo XX, la minería en la entidad implica desnacionalización, descapitalización y deterioro ambiental. En Mazapil, municipio catalogado como uno de los más pobres del país, se localiza la mina Peñasquito, filial de Goldcorp, primera empresa productora de oro en México, y la segunda de América Latina, expuso.

Al año, utiliza 13 millones de metros cúbicos de agua, en una cuenca con capacidad de recarga de 10 millones. La explotación a cielo abierto genera diariamente 130 mil toneladas de desecho. Esto es ejemplo del deterioro ambiental y del despojo a las comunidades, dueñas originales del recurso, aseguró

En su oportunidad, Sergio Serrano, del movimiento anti-megamineria tóxica Pro San Luis Ecológico, recordó que existen concesiones para explotación minera en casi el 40 por ciento del territorio nacional, 800 proyectos autorizados, lo que representa un escenario de conflicto.

En la entidad, ejemplificó, están concesionadas 400 hectáreas a las empresas que se dedican a esta actividad, con ampliaciones para otras cuatro mil en los próximos años, lo que representará la extinción de la biodiversidad. En 15 ó 20 años, esto significará que grandes extensiones de tierra en el país no serán útiles para otros fines, consideró.

Jorge Peláez, de la Universidad Autónoma de la Ciudad de México (UACM), sostuvo que esos proyectos generan presión sobre los territorios y una política de fomento a la inversión privada, lo que lleva al saqueo de la riqueza nacional, devastación ambiental, y a que las opiniones de ciudadanos, pueblos y comunidades no sean tomadas en cuenta.

Entre 2001 y 2010 se extrajo el doble de la cantidad de oro y la mitad de plata, de la producida en 300 años de explotación colonial en el país. El modelo de desarrollo actual excluye a las poblaciones de los dividendos generados, reciben una mínima parte de las ganancias y toda la contaminación y deterioro de su entorno, sin participar en las decisiones.

Por último, José Luis Abarca, del movimiento anti-megamineria tóxica Rema-Chicomuselo, Chiapas, informó que, del 2000 al 2010, se otorgaron 112 concesiones mineras en la región. Del total, 19 por ciento pertenecen a un consorcio canadiense.

Está dedicado a la extracción de barita, titanio y hierro, y se localiza en el ejido Grecia, del municipio referido, desde 2006. Desde su establecimiento no ha cumplido con el compromiso de generar desarrollo económico, social y sustentable, lo que ha derivado en conflictos comunitarios y deterioro del tejido social.