La senadora Gabriela Cuevas Barron presentó un punto de acuerdo para que México se adhiera al Protocolo para la eliminación del comercio ilícito de productos de tabaco, porque “algunas estimaciones aseguran que cada año ingresan al país 340 millones de cajetillas de manera ilegal”.
Dijo que esto además de las serias afectaciones en la salud de las personas, representa pérdidas de seis mil millones de pesos que no se cobran de impuestos por su ingreso, según la Fundación Interamericana del Corazón”.
Añadió que también se estima que hay más de 100 marcas de cigarrillos que se comercializan sin autorización de las autoridades, con lo que fundamentó su propuesta de que México se adhiera a dicho Protocolo.
Recordó que México ya es parte del Convenio Marco de la OMS para el Control del Tabaco, instrumento que entró en vigor el 27 de febrero de 2005 y que contiene disposiciones para reducir la demanda y la oferta de estos productos. “Sin embargo, es importante que nuestro país se sume al Protocolo para que pueda proteger de manera más eficaz la cadena de suministro de productos de tabaco”.
Junto con otras naciones, consideró que México podría ayudar a disminuir el comercio ilícito aplicando sistemas de localización y rastreo a nivel mundial que sigan la cadena de producción y la distribución de productos de tabaco para crear un archivo central de información dentro de la OMS.
Esto es importante si se considera que uno de cada diez cigarrillos que se consumen alrededor del mundo es clandestino según la OMS.
Por otro lado, la senadora Cuevas apuntó que en la actualidad Nicaragua y Uruguay son los únicos países latinoamericanos que han ratificado el mencionado protocolo y México no puede quedarse atrás.
Subrayó que la eliminación del comercio ilícito tiene que ser un objetivo fundamental de todos los países tanto para prevenir muertes como enfermedades derivadas.
Cabe señalar que el consumo de tabaco sigue siendo uno de los mayores problemas de salud en el mundo. Aproximadamente, cada año cobra la vida de 6 millones de personas y es responsable de la muerte de uno de cada diez adultos a nivel mundial.