Ante el reto de producir más energía con menos recursos, es necesario invertir en el desarrollo de laboratorios nacionales, en los que el país promueva la generación de tecnologías verdes, sin dejar de lado los hidrocarburos, consideró el doctor Marcelo Lozada y Cassou.
“La apuesta tecnológica debe ser sostenible y sustentable, pues se necesitan revisar las nuevas formas de generación de energía sin olvidar a los hidrocarburos ya que México cuenta con reservas hasta el año 2100, por lo que no sería inteligente dejarlos de lado”, comentó el investigador del Instituto Mexicano del Petróleo en una reunión organizada por el Foro Consultivo Científico y Tecnológico.
Sostuvo que realizar investigación para el uso de los hidrocarburos de manera sostenible no se contrapone, ni sugiere que no se haga investigación en fuentes alternas de energía de manera paralela. Las energías alternas, apuntó, deberán ser una realidad en el futuro energético de México, sin embargo, investigar en hidrocarburos es impostergable.
El integrante de la Academia Mexicana de Ciencias reconoció que existe un problema para poder utilizar los hidrocarburos de manera sustentable y sostenible, por lo que el paso a seguir es apostar por el uso de hidrógeno para que en el futuro, “en el lugar de escuchar gritar por las calles ¡gas! digan hidrógeno. Y para que esto ocurra se necesita capturarlo sin dióxido de carbono (CO2)” -gas presente en la atmósfera, el cual contribuye al efecto invernadero.
Lozada y Cassou indicó que para ello se requiere de una confinación segura del energético, envasarlo adecuadamente y realizar un transporte eficiente, además de desarrollar tecnologías como celdas o pilas que guarden el elemento dentro de las casas-habitación, estimó el ganador del Premio Nacional de Ciencias y Artes 2010.
El hidrógeno es el elemento más ligero y abundante del universo, sin embargo en la Tierra no se encuentra en estado libre y aislado, sino unido con el oxígeno formando agua, así como en los combustibles fósiles y forma parte de la composición de los seres vivos. Es la energía química renovable que se puede almacenar y transformar en energía eléctrica.
El investigador mencionó que si se busca satisfacer las necesidades energéticas a futuro no sólo se requiere de quemar los hidrocarburos, sino también utilizarlos para la generación de nuevos materiales y explorar nuevas opciones como “la fotosíntesis artificial, que busca imitar un proceso natural para la obtención de energía”.
Creación de recursos humanos
El investigador enfatizó que una de las soluciones está en la formación de recursos humanos propios que nos lleven a depender menos del exterior.
“Necesitamos de todos, ahora existe una gran presión para jubilar a los investigadores experimentados, pero es tal la demanda de recursos humanos y de conocimiento que no nos podemos dar el lujo de deshacernos de aquellos que son productivos”, dijo el especialista en desarrollos químicos.
Destacó que el verdadero problema es que no se ha abierto un instituto de investigación desde hace años que dé trabajo, por lo que consideró necesario abrir nuevas plazas para jóvenes científicos pues no es posible ocuparse de toda la cadena de valor de Pemex con el número actual de empleados.
Lozada y Cassou indicó que actualmente el IMP tiene en su Dirección de Investigación menos de 400 investigadores, mientras que empresas dedicadas a servicios tecnológicos contabilizan más de 11 mil.
El advenimiento de innovación tecnológica y productiva; es decir, nuevas o mejoradas vías tanto en la producción (extracción y transformación) de hidrocarburos, como en el desarrollo de nuevos o mejorados procesos de comercialización y explotación (por ejemplo shale gas y shale oil), dijo el investigador, abren oportunidades y nuevas condiciones de competencia para la mejor explotación y aprovechamiento de los recursos energéticos.