Mandan decir académicos a Peña Nieto
La maestra en economía de la UNAM y el IPN, Sonia Uberetagoyena Loredo, afirmó que la violencia y la caída del precio del hidrocarburo provocan la reducción de la liquidez de los inversores, con lo que se pone en riesgo generar, postergar o abandonar proyectos de inversión en el mercado mexicano.
Añadió que la agudización de la crisis económica como consecuencia de la baja en el precio internacional del petróleo, la depreciación del peso frente al dólar y una mayor inflación plantean la necesidad de que el Gobierno Federal, encabezado por el presidente Enrique Peña Nieto modifique su política económica e impulse un proyecto industrial más ambicioso que considere la creación de zonas económicas en beneficio de los estados con mayor atraso como Chiapas, Guerrero, Michoacán y Oaxaca.
La maestra en economía de la Universidad Nacional Autónoma de México y del Instituto Politécnico Nacional, además propuso apostar el futuro de México en la reactivación del sector agropecuario, “pues es ahí en donde está la posibilidad de restaurar el equilibrio en la estructura socioeconómica y política del país, al convertirlo en otro motor del desarrollo económico porque dejaríamos de importar grandes volúmenes de alimentos”.
Además, agregó, se generarán fuentes de ingresos al sustituir las importaciones, que es parecido a lo que se hace en Estados Unidos con el petróleo.
La experta en temas económicos opinó que este en un mal momento para las reformas estructurales en México, principalmente para le energética, debido a que los ingresos gubernamentales dependen entre 30 y 40 por ciento de la venta del hidrocarburo, el cual no obstante a la contratación del seguro de coberturas petroleras por 770 millones de dólares, para proteger el precio de 79 dólares por barril, de continuar la tendencia a la baja en el 2016 nuestra nación enfrentará una drástica caída en sus finanzas públicas.
“Es probable que ante la violencia existente en varias regiones del país, circunstancia del conocimiento internacional y, la caída del precio del petróleo, reduzcan la liquidez de los inversores que posterguen o abandonen sus proyectos de inversión en el mercado mexicano”, enfatizó.
En su análisis titulado “Estados Unidos ni se recupera y sí acelera la crisis económica en el resto del mundo”, la académica asegura que los datos macroeconómicos observados en los últimos días predicen una oscura perspectiva para la economía mexicana en 2015, con mayor inflación, un peso más depreciado y un menor crecimiento económico.
De esta forma, agrega, las metas del crecimiento económico del 3.7 por ciento, inflación del 3.0 por ciento, déficit presupuestario de 1.0 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB), tasa de interés al fin del periodo de 3.5 por ciento, son imposibles en este entorno turbulento, en lo económico, político y social.
“La depreciación del peso frente al dólar y el alza en la tasa de interés anunciada por la FED, aumentará los precios, en moneda nacional, de los insumos para la producción y productos terminados importados, provocando el aumento de costos de producción, fuga de capitales hacia Estados Unidos, la elevación de la deuda real integral del país, de 42.2 con respecto al PIB en 2014 y a 43.3 en 2015, como porcentaje del PIB”, subraya.
A lo anterior debemos añadir que el objetivo de Estados Unidos de producir enormes cantidades de petróleo y gas de esquisto bituminosos profundiza la crisis económica mundial y pone en grave riesgo la economía mexicana en su crecimiento económico y en la consumación de las reformas estructurales, recientemente aprobadas en el país, precisa.
Al explicar las razones de la caída del precio internacional del crudo, lo cual afecta a varias regiones petroleras como África Occidental, el Ártico, Brasil, a países miembros de la OPEP como Nigeria y Argelia y otros socios, como Venezuela, Irán e inclusive, el mayor exportador fuera de la OPEP, Rusia, Sonia Uberetagoyena indica que la “revolución energética” ha posibilitado la producción de petróleo a través de la destilación de un material orgánico, llamado querógeno, a partir de un grupo de rocas, denominado lutita bituminosa.
El mayor poseedor de este tipo de reservas es la Unión Americana con un poco más del 97 por ciento del total de millones de toneladas mundiales, de las cuales, el mayor propietario es el gobierno federal estadunidense con más del 70 por ciento, detalló.
Precisó que la producción masiva de petróleo y gas bituminosos por Estados Unidos ha propiciado la reducción del precio del petróleo crudo, en cerca del 50 por ciento de su valor, desde el mes de junio de este 2014, debido a la sobreoferta por parte de los países de la OPEP, que han decidido mantener una producción de 30 millones de barriles diarios, pese a la contracción de los precios internacionales del crudo y la reducción de la demanda del crudo por parte de los estadunidenses, a medida que produce más y requiere menos importaciones.
Insistió en que la obtención de este energético, no convencional ha generado un entusiasmo desproporcionado, por su rentabilidad, lo que obliga a la reflexión ética de esta técnica, denominada “fractura hidráulica”, en rocas sedimentarias arcillosas que requiere pozos fracturados para obtener gas con la posibilidad de que exista en la misma placa, petróleo ligero y otros hidrocarburos, muy controvertida en todo el mundo, por sus efectos altamente contaminantes.
Sonia Uberetagoyena consideró que la exaltación por la explotación en cantidades importantes de este tipo de hidrocarburos está vinculada a una visión de corto plazo.
“Tan corta como la duración de su rentabilidad inmediata, pues la roca madre sobre la que se asienta el suelo y la vida orgánica de un pozo, de más de tres mil metros de profundidad, puede ser reactivada varias veces, pero después de dos años, la producción comienza a decaer, lo cual no justifica el enorme consumo de agua que se necesita –entre nueve mil y 29 mil toneladas del vital líquido por pozo-, la millonaria inversión requerida, ni la difícil reparación de los daños inmediatos.
RECUPERACIÒN FICTICIA
Al abordar el tema de la recuperación en el crecimiento económico de la Unión Americana de 4,6 por ciento en el segundo trimestre de 2014 y en cinco por ciento durante el tercer trimestre, manifestó que obedece a la caída de las importaciones explicadas mayormente por la baja en el precio del petróleo y al incremento de los desembolsos en defensa, los cuales desde 2008, han mitigado su déficit comercial.
Las inyecciones de dólares y euros han llevado a un galopante incremento del precio de las acciones, pero no estimularon ni la producción ni la demanda mundial, ni ayudaron a la solución del desempleo real, enfatizó.
Aunque a decir del ex subsecretario del Tesoro estadunidense, Paul Craig Roberts, este crecimiento no es provocado por un aumento de los ingresos reales de los consumidores, ni por el aumento del crédito al consumo, ni de las ventas minoristas reales, o por el sector de la vivienda, ni por un superávit comercial, pues la encuesta sobre el consumo personal presenta problemas de muestreo, entre otros, y se ve que los gastos fueron colocados en el tercer trimestre para mantener la ilusión de la recuperación económica, concluyó.