El accidente que registró una pipa de gas en Ecatepec, Estado de México, el pasado 7 de mayo y que dejó un saldo de 20 muertos y 36 heridos, evidenció las irregularidades que se viven a diario en el Centro Nacional de Transfusión Sanguínea (CNTS), que pertenece a la Secretaría de Salud Federal, a cargo de la doctora Julieta Rojo Medina, directora general de ese organismo.

Luego de conocerse del incidente, los diversos centros hospitalarios de Ecatepec, en el Estado de México, y en el Distrito Federal, solicitaron de manera urgente diversas cantidades importantes de plasma (sangre) para apoyar a los 36 heridos graves que fueron trasladados con quemaduras de tercer grado en la totalidad de sus cuerpos. Sin embargo, dicha petición no fue atendida por el CNTS debido a que, no contaba con plasmas para responder a la emergencia de salud de los habitantes de las comunidades de San Pedro Xalostoc y Santa Clara,  Ecatepec, ubicadas en las inmediaciones de la autopista México-Pachuca tras el grave accidente registrado. La razón es que el CNTS desde hace varios meses ya no cuenta con los plasmas necesarios, a pesar de ser el principal centro a nivel federal del manejo y control de los bancos de sangre del país. De acuerdo a las funciones de este organismo federal entre sus responsabilidades se encuentran “lograr la autosuficiencia, seguridad, calidad y uso terapéutico racional de las unidades de sangre, componentes sanguíneos y células progenitoras hematopoyéticas, así como, su aprovechamiento integral a través de su procesamiento para obtener hemoderivados”. Esto no se cumplió ante la incapacidad de atender el llamado de auxilio de los centros hospitalarios nacionales, tras el accidente en la Autopista México Pachuca por el accidente de la pipa de Metrogas. Aunado a esta grave situación, el trabajo del CNTS está en riesgo ante el despido masivo que está realizando la Doctora Julieta Rojo Medina y que hasta el momento han sido 25, “violentando” con estas acciones la institucionalidad y clima laboral del organismo que tiene a su cargo la seguridad sanguínea del país. Por temor a represalías, personal del Centro quien omitió dar su nombre, sostuvo que: “La doctora Rojo Medina no sólo afecta nuestros derechos laborales sino además no cumple con sus gestiones”, ya que la publicación de la nueva Norma Oficial Mexicana  de componentes sanguíneos tardo más de 5 años en salir y no contemplo muchas opiniones de gente que trabaja en bancos de sangre.

Además utiliza la prepotencia e indiferencia hacia el personal de esta institución, toda vez que el personal le ha exigido reiteradas veces cumpla con mantenimientos de equipos o reemplace obsoletos, ya que de esto depende la seguridad sanguínea. Como respuesta está pidiendo la renuncia de personal que ocupa puestos claves en el Centro y con el pretexto del cambio de gobierno se ha dedicado a solicitarles su renuncia con la presunción de que las plazas serán ocupadas por gente del partido en el Gobierno, a pesar de que es personal “honesto, trabajador, comprometido con la salud y el aprendizaje continuo”. Estos técnicos y químicos de banco de sangre, si entienden la importancia de la seguridad en la medicina transfusional en México, ya que varios de ellos pertenecen a la Asociación Mexicana de Medicina Transfusional (AMMTAC), asociación que de acuerdo a comentarios de la Dra Rojo Medina no tiene el nivel para publicar en conjunto con la Academia Nacional de Medicina (ANM).Asimismo, la actual directora general del CNTS se ha dedicado a viajar en lugar de trabajar en temas vitales para este centro como es la implementación de las pruebas NAT (Nucleic Acid Testing), las cuales se han vuelto obligatorias según la FDA (Food Drugs Administration).“Por tal razón no podemos avanzar en el mejoramiento de las pruebas de laboratorio para garantizar la seguridad de la sangre, sobre todo que esté libre de infecciones por VIH, hepatitis B y C”, indicó. Otra de sus funciones es fomentar e incrementar la seguridad los bancos de sangre apostándole a donación voluntaria y de repetición –como recomienda la OMS–, la cual realizan las personas una o dos veces por año y se comprometen a cuidarse para evitar infectarse con alguno de los virus mencionados. De acuerdo al Diagnóstico realizado por el entonces Instituto de las Mujeres Federal en 2011, el CNTS cuenta con 163 servidores públicos, de los cuales 103 son mujeres, y 60 son hombres. El Centro cuenta con 138 plazas de base y 25 de confianza, la denuncia fue hecha desde esa fecha cuando se  levantó la encuesta, ya que arrojo datos del personal, donde un 18% opina que en este organismo no se sancionan las prácticas de intimidación y maltrato del personal.