Ante la preocupación por los precios de leche a nivel internacional, los cuales continúan cayendo y las afectaciones a los productores de todo el país comienzan a verse reflejados en la industria, el senador Francisco Salvador López Brito, presentó un punto de acuerdo ante la Comisión Permanente, donde exhorta a los Titulares de la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (SAGARPA), a la Secretaría de Economía (SE) y a la Secretaría de Salud (SS) a realizar las acciones necesarias para mejorar las condiciones del sector lechero nacional.
El legislador panista mencionó que la producción nacional de leche ha tenido un crecimiento acumulado del 80% en los últimos 24 años y representa el tercer lugar en la industria alimentaria nacional, solo después del maíz y la carne, sin embargo, la competencia con otros productos similares, como la leche en polvo y la soya, son causa del déficit de la producción nacional que ha disminuido hasta en 20% en 2015, lo anterior debido a los topes puestos a los precios por las empresas que adquieren grandes volúmenes de productos lácteos.
“La comercialización de los productos lácteos representa unos de los principales obstáculos para detonar el sector, pues diversas dependencias tales como Liconsa han disminuido la compra de leche nacional ya que utiliza sustitutos de menor precio y calidad o incluso, recurre a la compra de leche importada”, lamentó el Senador Sinaloense.
El precio que paga Liconsa por litro de leche es de 6.20 pesos a los productores nacionales. Mientras que el pago que realiza por litro de leche importada es de hasta 8.00 pesos, sobre todo a países como Estados Unidos (59.5%) y Nueva Zelanda (16.9%) que suministran el 77% de la importación, detalló López Brito.
Considerando los precios mencionados anteriormente, el proceso de transformación e industrialización ocasiona que los precios al consumidor sean elevados; de acuerdo a lo anterior, es necesario analizar las políticas de importación de los productos lácteos y estudiar la viabilidad de homologar precios, para no incurrir en prácticas desleales de comercialización y sobre todo, no afectar al sector nacional, quien es el más vulnerable ante esta desigualdad de precios y tecnología.
En México dijo, los principales estados productores de leche en el país son: Jalisco, con 1,967 millones de litros anuales y Coahuila con 1,320 millones de litros, estados que juntos representan el 30% de la producción nacional. Otros estados que son importantes en la producción de leche son Durango, Chihuahua, Guanajuato, Veracruz, Edo de México, Hidalgo, Puebla, Aguascalientes y Chiapas.
Por todo lo anterior, el Senador panista solicitó al Titular de la Secretaría de Economía a analizar la propuesta de imponer un arancel a las importaciones de leche y sus derivados con la finalidad de reactivar al sector lechero nacional, así como también se considere reducir el número de importaciones que se realizan para tener menos dependencia en el sector lechero; así como, a elaborar una NOM oficial para especificar las medidas de comercialización de los productos lácteos nacionales e internacionales.
De igual forma, exhortó a la Sagarpa a intensificar las acciones relacionadas con la transferencia tecnológica, la innovación e industrialización en los procesos de producción lecheros con el objetivo de que los productores puedan acceder a mercados más especializados; asimismo solicitó incrementar la oferta de recursos para proyectos productivos y de capacitación, así como coordinar ferias de comercialización y exportación con el objetivo de apoyar a los productores nacionales de leche.
Por último, alentó a la Sagarpa para que a través del Servicio Nacional de Sanidad, Inocuidad y Calidad Agroalimentaria (SENASICA) y al Titular de la Secretaría de Salud para que a través de la Comisión Nacional para la Protección contra Riesgos Sanitarios (COFEPRIS) refuercen las acciones de supervisión y aprobación del etiquetado de los productos lácteos, se especifique correctamente la cantidad y porcentaje de cada ingrediente con el objetivo de que el consumidor cuente con los elementos suficientes para confiar que está adquiriendo un producto lácteo o derivado, y no se trate de fórmulas sustitutas.