La Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris) informó a la Cámara de Diputados que establecer un procedimiento para crear un sistema nacional de proveedores certificados, no se considera una solución para frenar el tráfico y consumo de medicamentos adulterados o falsificados.
Lo anterior, al dar respuesta a un punto acuerdo aprobado por el Pleno Camaral, el 29 de marzo, en el que se pedía establecer el sistema nacional de proveedores certificados de medicamentos, productos biológicos, dispositivos médicos, suplementos, sustancias químicas y material de curación.
Se precisa que la Cofepris opera un sistema de certificación de establecimientos fabricantes de medicamentos, incluidos productos biológicos y de dispositivos médicos.
Lo anterior, siempre que soliciten y obtengan un certificado de buenas prácticas de fabricación, el cual en todo caso podría ser de utilidad para la instancia que se encargue de elaborar el citado registro.
En el documento se refiere que la Cofepris ha ejecutado una serie de operaciones coordinadas con otras dependencias federales y locales, para el aseguramiento y destrucción de productos de dudosa calidad y procedencia.
Además de la implantación de campañas para informar sobre los riesgos en el consumo de suplementos alimenticios y demás productos que carecen de una regulación detallada en la legislación sanitaria vigente.
Derivado de las acciones de la Cofepris, se enfatiza, no es factible la ejecución de un sistema nacional de proveedores certificados, “ya que provocaría una sobrerregulación en algunos de los productos”.
En el dictamen de la Comisión de Salud a la propuesta del diputado Antonio Benítez Lucho se indica que en México la falsificación de medicamentos se ha convertido en un problema de salud pública.
Se abunda que el 10 por ciento de lo que se comercializa es falsificado, lo que representa un daño para la industria de aproximadamente 650 millones de dólares al año.
Los legisladores consideraron que la creación del sistema nacional de proveedores certificados, podría lograr la consolidación de una estrategia integradora de abasto en el sector salud que constituya el punto de encuentro entre los demandantes y los vendedores, marginando la posibilidad de las faltas de probidad en las instituciones.