Por Guillermo Pimentel Balderas

El hotel Bel Air Collection Xpu-Ha, de la Rivera Maya, en Quintana Roo, opera un zoológico privado con permiso de resguardo de animales recuperados, pero ilegalmente los exhibe al público sin medidas de seguridad, lo que ocasionó que un niño de origen italiano, Nazareno Antony Francesco Salerno, perdiera uno de sus dedos de la mano izquierda por el ataque de un tigre blanco de bengala.

Antonio Salerno, padre del infante exige justicia al Estado mexicano, principalmente a la Semarnat, Profepa, y Sector, ya que al interponer una denuncia fue intimidado y amenazado por la ministerio público, Claudia Carrillo Gasca, del fuero común, unidad 5 de la mesa turística (expediente AC/ZN/PYA/03/01/1/8/2013).

El turista extranjero explicó que a dos meses de que su hijo perdiera uno de sus dedos de la mano izquierda por el ataque de un tigre blanco de bengala en las instalaciones del Hotel, donde se tienen animales en exhibición sin medidas de seguridad, ninguna autoridad ha obligado a los propietarios de ese centro de hospedaje a pagar los gastos médicos e indemnización, además de que inexplicablemente continua operando como zoológico privado.

Dijo que al interponer denuncia por lesiones ante la agencia ocho del ministerio público del fuero común, unidad 5 de la mesa turística (expediente AC/ZN/PYA/03/01/1/8/2013), el pasado 24 de agosto, lamentó que lejos de recibir una buena atención por parte de esa instancia fue intimidado y amenazado por la representante social, Claudia Carrillo Gasca, quien a gritos le advirtió que lo mejor era que se olvidara del caso porque el hotel tenía “todas las de ganar”.

Salermo lamentó que los hechos prueban que la corrupción y el poderío económico de los propietarios del hotel aludido están torciendo la justicia, porque a dos meses del incidente, ni la Semarnat, la Profepa, ni la Sectur local, han actuado en contra de ese establecimiento que tiene animales en cautiverio y que se niega a cubrir los gastos médicos e indemnización.

Ante ello, exigió la inmediata intervención de la Secretaría de Turismo federal para que investigue el hecho y más aún cuando el pasado 23 de septiembre, la Dirección de Mejora Regulatoria de la Subsecretaría de Operación Turística informó mediante oficio DGMR/DV/QS/060/2013, haber dado entrada a la queja aludida y citado al representante del Hotel Bel Air para explicar lo acontecido, satisfacer la demanda del turista afectado y presentar la documentación del seguro de responsabilidad civil que por ley deben contratar los prestadores de servicios turísticos de hospedaje para la protección y seguridad de los usuarios.

Cabe señalar que de acuerdo al oficio de la Dirección de Mejora Regulatoria, la Sectur tiene la facultad de aplicar el artículo 68 de la Ley General de Turismo para atender y sancionar quejas de los turistas de conformidad a su reglamento y la Ley Federal de Procedimientos Administrativos, por lo que el afectado está en espera de una resolución que ha demorado casi dos meses.

Antonio Salerno, explicó que los hechos ocurrieron el 21 de agosto cuando mientras se registraba en el mencionado hotel, su hijo de cuatro años se aproximó a la jaula de cristal del tigre que presentaba varias aberturas por donde el felino lanzó el ataque.

De inmediato trasladó al menor al Hospital en Playa del Carmen, con la promesa del representante del hotel, de nombre Anawar Sánchez Ortega, de que se cubrirían todos los gastos médicos con la condición de que “no se presentara denuncia”.

Sin embargo, ante la gravedad de las lesiones en la mano izquierda que requerirá de varias cirugías reconstructivas, decidió presentar denuncia tres días después, por lo que los representantes del hotel suspendieron de inmediato el pago de la atención médica de urgencia sin importar las graves condiciones del niño.

Salerno, atiende a su hijo en un hospital de Cancún, donde ya ha sido sometido a dos cirugías para reconstruir con injertos su dedo medio que fue el más afectado, lo que le ha implicado fuertes gastos que se incrementarán debido a que los médicos han anticipado que la recuperación del menor demorará cuando menos otro mes.

Al respecto, al conocer los hechos de este trágico incidente, la presidenta de la Sociedad Protectora de Animales de Cancún, Sara Eugenia Rincón Gallardo, dijo que ha presentado denuncias ante la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente y la propia Semarnat por la inseguridad, hacinamiento y maltrato de animales en el zoológico privado del Hotel Bel Air, pero inexplicablemente no han sido atendidas y como consecuencia se tiene ya a un niño víctima de ataque de un tigre blanco.

Rincón Gallardo, subrayó que los propietarios del Bel Air sostienen que cuentan con permiso de la Semarnat otorgado en julio de 2012, para operar una Unidad de Conservación y Aprovechamiento Sustentable de la Fauna Silvestre (UMA), pero no aclaran que es únicamente para resguardo de animales recuperados y no para exhibición al público y menos en jaulas de cristal endebles y sin ningún aviso o personal de seguridad, “y esta es una situación que deben explicar las autoridades encargadas de dar garantías de seguridad a los paseantes”, advirtió.