Los laguneros de Mapimí y los de Torreón no tenemos autoridades que tomen decisiones a favor de nuestro desarrollo.
Los gomezpalatinos y los parrenses tenemos que esperar a que los gobernadores de Durango y Coahuila tengan a bien concedernos las migajas de los festines que celebraron en Durango capital y en Saltillo.
Los esforzados habitantes de Cuencamé y de San Pedro de las Colonias, estamos angustiados pues no hay autoridad que investigue la posibilidad económica que sus poblados pueden explotar de manera sustentable.
Los angustiados pobladores de Tlahualilo y Viesca ya no pueden seguir viviendo de pasadas glorias, requieren autoridades que se fajen los pantalones y encabecen el esfuerzo para salir adelante.
Los hombres y mujeres de Lerdo, los orgullosos pobladores de Francisco I. Madero, los aguerridos ciudadanos de Matamoros, los trabajadores habitantes de Nazas (antes Cinco Señores), merecen, exigen, autoridades que vivan en La Laguna, que tengan voluntad y capacidad de pensar en sus habitantes y no en su futuro político ligado a su obediencia a un gobernador distante que poco le importa la Comarca Lagunera.
Ya basta, decimos los habitantes de San Juan de Guadalupe, de Bermejillo, de Hidalgo, de Indé, de Santa Clara, de Rodeo, de San Luis del Cordero, de San Pedro del Gallo, de cualquier poblado de La Laguna en donde están enterrados nuestros ancestros y donde habitan heroicos pobladores que junto a los habitantes de la zona metropolitana de La Laguna, luchamos esforzados porque nuestro futuro no sea enterrado por la indolencia, la apatía, la indiferencia que lamentablemente crece en nuestros corazones provocada por la esclavitud política que sufrimos los laguneros.
Estado de La Laguna… ¡YA !