El país desperdicia el enorme potencial de los jóvenes porque carece de un proyecto que los incluya, que les reconozca su dignidad y sus derechos, aseguró el senador Raúl Morón Orozco, del Partido de la Revolución Democrática.

Dijo que la juventud reclama una verdadera política que garantice condiciones para su inclusión plena en la vida productiva, política, social y cultural del país.

En este contexto, propuso expedir la Ley de los Derechos de las y los Jóvenes para garantizar el pleno ejercicio, respeto, protección y promoción de los derechos humanos de este sector de la población.

Expresó que en México se ha llegado al límite de la indiferencia, del abandono, la irresponsabilidad y la violencia, por lo que la propuesta contiene elementos para construir un horizonte más promisorio, seguro y decoroso para las y los jóvenes mexicanos.

Morón Orozco subrayó que se requiere una Ley que contenga la carta de derechos más extensa y ambiciosa de toda América Latina, con aspectos económicos, sociales, culturales, ambientales, civiles, políticos, tecnologías de la información, telecomunicaciones y privacidad.

La juventud, reiteró, necesita opciones reales para permanecer en la educación, así como acceder al primer empleo en condiciones dignas, a la cultura, al deporte, a la investigación y a las artes, a la protección real del Estado contra cualquier forma de abuso, de maltrato, de explotación sexual o laboral.

La iniciativa retoma la Convención Iberoamericana de los Derechos de los Jóvenes e instrumentos internacionales que imponen obligaciones concretas al Estado mexicano; además, está en sintonía con la Ley de los Derechos de las Niñas, Niños y Adolescentes.

Esta iniciativa propone un sistema nacional de indicadores del ejercicio de derechos de las y los jóvenes para que se puedan constatar los avances en la materia.

El legislador explicó que la educación es parte fundamental de la iniciativa: es el pilar más importante en la construcción de un país moderno, con oportunidades de progreso y vida digna para todos.

Consideró que vivimos en un país “que se ha vuelto irresponsable con el derecho a la educación”, que no propone una estrategia nacional sistemática y efectiva para abatir la deserción escolar y enfrentar la insuficiente oferta educativa.