El Primer Mandatario apuntó que, de acuerdo a las Naciones Unidas, hay más de 200 millones de personas que habitan en países extranjeros. México es una nación de origen, tránsito y destino de migrantes; tan sólo en Estados Unidos hay cerca de 12 millones de mexicanos, pasan por territorio nacional migrantes de Centro y Sudamérica y, por último, el país también recibe a migrantes que buscan crecimiento y libertad.

El Presidente sostuvo que todo gobierno tiene la obligación legal y ética de proteger la integridad de los migrantes y, tras reconocer los desafíos y pendientes en el tema, enlistó las principales acciones de su administración para apoyar a los migrantes:

Ley de Migración: promulgada en mayo, además de reconocer el derecho a la educación y salud, sanciona abusos por parte de servidores públicos y descriminaliza la migración.

Ley sobre Refugiados y Protección Complementaria: con ella, se crea un marco jurídico que garantiza los derechos a quienes buscan asilo en México, en especial, de los grupos más vulnerables y el país se posiciona a la vanguardia mundial en derecho internacional de los refugiados.

Reforma en materia de Derechos Humanos: los derechos contenidos se elevaron a rango constitucional, así como en todos los tratados internacionales ratificados por el país. Dicha reforma, en conjunto con la realizada en materia de Amparo,  garantizan un trato digno para cualquier persona que se encuentre en México y significan la mayor ampliación de derechos en la historia del México contemporáneo.

Depuración y fortalecimiento del Instituto Nacional de Migración: mediante la aplicación de controles de confianza, se ha dado de baja a más de 200 funcionarios, de octubre de 2010 a la fecha, que presuntamente incurrieron en irregularidades.

Mesa de diálogo interinstitucional sobre Niños, Niñas y Adolescentes No Acompañados y Mujeres Migrantes: útil para la coordinación de esfuerzos que protejan a estos sectores.

Para finalizar, el Presidente Calderón mencionó que el Gobierno de México seguirá luchando para que “el fenómeno de la migración en el mundo sea un sinónimo de desarrollo y no un problema”.