El doctor en geofísica Jaime Urrutia Fucugauchi, reconocido como uno de los estudiosos más importantes de nuestro país en las ciencias de la Tierra y conocedor excepcional de los cráteres de impacto en el sistema solar, en particular del cráter Chicxulub en la Península de Yucatán, ingresó como nuevo miembro de El Colegio Nacional, durante una ceremonia celebrada anoche en la sede la institución.
En un ambiente de camaradería y acompañado por sus colegas, familiares y amigos, Urrutia Fucugauchi, recibió el diploma y el fistol que lo acreditan como nuevo integrante de El Colegio Nacional, distinciones que le fueron entregadas por el presidente en turno Octavio Novaro Peñaloza.
“La ceremonia tiene que ser un acto de mucha alegría para El Colegio Nacional, pues recibe a una sangre nueva, a un gran investigador, a un gran amigo”, dijo Novaro en la apertura del acto solemne.
Antes de iniciar su discurso de ingreso con la conferencia magistral titulada “Chicxulub, cráteres de impacto y la evolución del sistema solar”, Urrutia Fucugauchi, actual vicepresidente de la Academia Mexicana de Ciencias, agradeció la invitación que le hicieron los miembros de El Colegio Nacional para formar parte de ese selecto grupo de académicos.
“El Colegio es una de las instituciones de mayor prestigio que tenemos en el país. Es un honor, un enorme orgullo y un compromiso que asumo con la mejor de mis capacidades para participar en las actividades que lleva a cabo con una gran tradición en la cultura, las artes y las ciencias en el país”, expresó.
A continuación compartió con los asistentes la manera en que inició sus actividades en la geofísica en el área de exploración petrolera y cómo ese interés se dirigió a otras especialidades como fueron los estudios de paleomagnetismo y el geomagnetismo, a partir de los estudios de posgrado que realizó por invitación de Julián Adem, pionero en la teoría del clima y en aquellos años director del Instituto de Geofísica de la Universidad Nacional Autónoma de México.
“Ello cambió lo que venía haciendo y en retrospectiva fue una decisión afortunada”, dijo Urrutia, y tras esas palabras comenzó su conferencia sobre el fascinante tema de la evolución de la Tierra, estructuras geológicas y del famoso cráter de la Península de Yucatán.
Indicó que en su laboratorio en el Instituto de Geofísica, las investigaciones están dirigidas a estudiar a la Tierra como un sistema, desde la atmósfera, hidrósfera, geoesfera y biosfera, y a entender la forma en que operan los mecanismos en el interior del planeta y cómo se reflejan en la superficie.
“En particular –añadió- estamos interesados en los eventos súbitos, eventos que ocurren en periodos muy cortos de tiempo, incluso de segundos, pero que tienen la capacidad de modificar la evolución del planeta y la vida a gran escala, de manera específica lo que corresponde a los impactos de meteoritos.
“El cráter Chixulub, originado hace 66 millones de años, es producto del impacto más grande que tenemos registrado en los últimos 600 millones de años. Un impacto de esas dimensiones afecta la hidrósfera, la atmósfera, el sistema climático, el ambiente. En el caso de los efectos de Chicxulub desapareció alrededor del 75% de las especies que había en la época, incluyendo organismos grandes como los dinosaurios y microorganismos. Este cambio provocó el paso de era de los dinosaurios a la de los mamíferos (Cretacio-Terceario)”.
Otras de las cosas que dejó ese impacto, dijo el especialista, fue la formación de brechas carbonatadas del Golfo de México, donde están los depósitos de hidrocarburos mexicanos, en yacimientos como Cantarel, por ejemplo.
Para Urrutia es una gran fortuna el hecho de que en México se encuentre el mejor cráter conservado del planeta, porque brinda la oportunidad de que más jóvenes científicos se interesen por realizar investigación sobre un evento que marcó una etapa clave en la vida de la Tierra y en la información que puede proveer para entender estos impactos en otros cuerpos planetarios.
“Una de las tareas importantes de El Colegio es poder despertar el interés de niños y jóvenes para que realicen carreras en áreas de ciencias, y el hecho de que tengamos al cráter Chicxulub en México, abre grandes oportunidades de participar en proyectos importantes y es un reto para la comunidad científica tener una contribución y participación relevantes en estos trabajos”.
Y así como al principio Jaime Urrutia agradeció a quienes le reconocían por sus aportaciones a la ciencia y que le valieron su ingreso a El Colegio Nacional, el investigador también correspondió con palabras de afecto el apoyo de su familia. Dedicó este logro a su padre, ya fallecido; a su madre Mariko, su hermano Javier, tíos, primos y sobrinos.
“He sido muy afortunado por haber nacido en esta familia. Es motivo de orgullo que me impulsa a continuar. A mis hijos Araxi y Avedis, mi esposa Ligia, participantes de aventuras, estudios, proyectos compartidos”.
Un especialista de tierra sólida en El Colegio
El astrónomo Luis Felipe Rodríguez Jorge fue el encargado de contestar el discurso de ingreso. Resaltó las principales áreas de investigación que ha desarrollado Urrutia Fucugauchi a lo largo de su trayectoria.
“Es pionero en nuestro país en las áreas de paleomagnetismo, magnetismo de rocas, arqueomagnetismo y cráteres de impacto, disciplinas que estudian los campos magnéticos preservados en estructuras que van desde edificios prehispánicos a cadenas montañosas y volcanes, y finalmente a los cráteres de impacto”.
El doctor Urrutia, añadió, ha liderado proyectos internacionales de geofísica marina y programas de perforaciones, “una área de investigación que ha capturado la atención del gran público y ha sido importante que un científico mexicano sea uno de los líderes en este tipo de estudios. Sería una verdadera tragedia que una cosa que ocurrió en nuestro país –en Chicxulub- no contara con un líder en este campo”.
Recordó que además de su destacada trayectoria en investigación, Jaime Urrutia también se ha dedicado a la docencia, a la formación de recursos humanos, a la creación de infraestructura, de laboratorios, de programas, de formación de grupos, organización de sociedades científicas y a la divulgación de la ciencia.
Por su parte, el doctor Julián Adem, expresó a propósito de este nuevo ingreso: “Es para mí un hecho de particular emotividad participar en esta bienvenida al doctor Urrutia, ya que ambos hemos compartido y colaborado en el estudio de las geociencias. Somos dos diferentes generaciones que en distintos momentos fuimos directores de nuestro querido Instituto de Geofísica, dos generaciones impulsando el conocimiento de este apasionante tema, así como la formación de nuevos investigadores comprometidos con el desarrollo de la ciencia en México”.