La competencia en el mercado exige a los capitales producir con el menor costo, sin importar si los medios utilizados para ello preservan la vida o la destruyen. El problema ecológico no es la mala tecnología que devasta la Tierra, sino la lógica que demanda usar cualquier proceso incluso si genera daños irreversibles, afirmó el académico de la Facultad de Filosofía y Letras (FFyL) de la UNAM, Enrique Dussel Ambrosini.
Al participar en la mesa redonda Competencia y Políticas Públicas, opinó que “este tipo de contiendas son necesarias, pero hay que mantenerlas bajo criterios éticos normativos que permitan la supervivencia humana”.
Por su parte, el académico de la Facultad de Economía (FE), Luis Berlanga Albrecht, señaló que a casi 20 años del Tratado de Libre Comercio con América del Norte, los índices de pobreza en la nación no han disminuido.
Asimismo, resaltó que la experiencia mexicana de instrumentar politicas de libre competencia comercial, muestra una correlación positiva con mayores índices de economía informal y emigración.
A su vez, el académico de la Facultad de Derecho (FD), Francisco Fonseca Corona, definió al derecho de la competencia como el conjunto de normas que restringen las prácticas anticompetitivas.
En general, refrendó, esto hace que las empresas se esfuercen por ser mejores, además de buscar una protección hacia los consumidores y la seguridad de la economía nacional, porque supone una mejor distribución de la riqueza y ofrece un acceso más equitativo a las oportunidades de desarrollo.
Finalmente, añadió que el marco normativo mexicano en materia de competencia es relativamente nuevo y ha avanzado lentamente, y si se desea que las condiciones se conviertan en un factor que impulse el desarrollo, es urgente dotar de mayor fortaleza a los órganos reguladores.