El presidente de la Comisión de Competitividad de la Cámara de Diputados, Héctor Peralta Grappin, aseguró que la corrupción es uno de los factores que limitan el impulso de la competitividad de la economía mexicana, por lo que es necesario, subrayó, mejorar los marcos jurídicos regulatorios con  aspectos prácticos, no demagógicos.

“Como legisladores debemos meternos en las reglas de operación de todos los programas para conocer, de parte de los usuarios, cuáles son los principales problemas”, sostuvo.

Al participar en el simposio “Educación e Innovación para la Competitividad”, realizado en el Palacio Legislativo de San Lázaro, Peralta Grappin se pronunció a favor de eliminar aquellas reglas que impidan la adecuada competitividad económica, así como apuntalar los aspectos reglamentarios que incrementen la productividad.

“También se hace el compromiso de mejorar el marco jurídico para que México sea cada vez más competitivo”, expuso.

Por su parte, el diputado Rafael Yerena Zambrano dijo que este simposio tiene la finalidad de abrir a la discusión los factores prioritarios para el desarrollo y la búsqueda de las políticas públicas que así lo permitan.

De acuerdo con la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), los países que invierten en educación aumentan su progreso, mencionó.

Planteó fortalecer la innovación en el sector turístico nacional, porque debido a los avances tecnológicos, esta actividad ha sufrido una gran transformación, lo que obliga al empresario a prepararse y estar actualizado.

“Esto implica una transformación no sólo de los servicios que se ofrecen, sino de la capacitación y el dote de herramientas innovadoras”, sostuvo.

La diputada Rocío Matesanz Santamaría advirtió que la cantidad de egresados de doctorado en nuestro país es baja en comparación con otros países, lo que limita la generación de investigadores y, por lo tanto, el desarrollo científico y tecnológico.

“Mientras en México se gradúan en promedio 2 mil 918 doctores, en países como Brasil y España logran cifras de más de once mil anualmente”, precisó.

Por lo anterior, subrayó, la tasa de científicos es de tan sólo 0.6 por ciento por cada 10 mil personas económicamente activas.

Para revertir esta situación, Matesanz Santamaría propuso reforzar el papel de las instituciones de educación superior, robusteciendo sus capacidades de gestión y garantizando un financiamiento con certidumbre, para que no se trunquen los proyectos de investigación.

Jesús Palomino Echartea, director general del Centro de Diseño de INTEL Guadalajara, señaló que la educación e innovación son las bases para transformar el país, pero se requiere de inversión, decisión e iniciativas.

“Somos reconocidos por el ingenio mexicano, que es una fortaleza y representa ideas frescas y trae nuevas perspectivas”, destacó.

Llamó a fortalecer la enseñanza de la solución estructurada de problemas desde la primaria; el acceso a plataformas tecnológicas que ayuden a que ese ingenio sea competitivo a nivel mundial, y motivar el trabajo en equipo y colaborativo.

De la Dirección General de Innovación, Servicios y Comercio Interior de la Secretaría de Economía, Salvador Orozco anunció que el próximo año entrará en funcionamiento el Observatorio Nacional de Innovación, el cual ayudará a recopilar y usar la información necesaria para la toma de decisiones.

Además, brindará servicios a las industrias sobre tendencia y usos tecnológicos específicos, y ayudará a alinear los indicadores nacionales de innovación para el rediseño de políticas públicas.

El secretario de Planeación del Centro de Investigación y de Estudios Avanzados del Instituto Politécnico Nacional, José Luis Leyva, sugirió implementar un sistema de administración de proyectos de investigación que asegure resultados y logre desarrollos finales en beneficio de todo el mundo.

Para esto, explicó, debe asegurarse un mercado interno, ya que de lo contrario habría bajas probabilidades de venta del producto final.

Solicitó que se asignen presupuestos altos, de hasta 500 millones de dólares, para grandes proyectos científicos de impactos importantes, en lugar de muchos y pequeños, para dar un aporte científico verdadero a la humanidad.