Guillermo Pimentel Balderas
Luis Gómez Garay, secretario general de la Unión General Obrero, Campesina y Popular (UGOCP), afirmó que debido a que se reportan descensos en la producción de 30 por ciento en arroz, 11 por ciento en maíz blanco, 50 por ciento en frijol y 25 por ciento menos producción de trigo, a finales de 2011, la sequía amenaza con despoblar un hato ganadero de casi un millón de cabezas en los estados del norte, lo que representa un peligro para cumplir las necesidades de alimento de la población mexicana.
Por lo cual, propuso la construcción de un Gran Acuerdo por la Producción y Fortalecimiento de la Soberanía Alimentaria que establezca acciones concretas de trabajo en materia de organización de la producción, financiamiento, Asistencia Técnica y Transferencia de Tecnología, Infraestructura para el Acopio y Comercialización, Promoción Comercial de Productos Agropecuarios.
“Los productos fundamentales para la alimentación de la población, mexicana han sido impactados por el cambio climático que provocado la caídas graves en la producción de granos básicos como el arroz, el frijol, maíz, trigo y otros cultivos, mientras que por el mismo efecto se esos productos se encarecen en el mercado internacional”.
Al inaugurar la Asamblea Estatal de la UGOCP que enmarca el inicio de las discusiones que desde hoy sostendrán los dirigentes regionales y municipales de la organización en el estado de Veracruz, Luis Gómez Garay, dejó en claro que el modelo de desarrollo rural que hoy se impone en nuestras comunidades ha generado una grave crisis rural.
Esta, apuntó, afecta a la mayor parte de las ramas productivas, ha empobrecido a millones de campesinos y pobladores rurales, ha ampliado la enorme brecha de la desigualdad en el campo y profundizado el fenómeno de la inmigración de la población rural hacia los estados unidos.
Vemos con preocupación, afirmó el secretario general de la UGOCP, como una política comercial equivocada, grandes ramas de producción como el arroz, la leche, el mango y muchas otras van reduciendo paulatina e inexorablemente sus superficies sembradas ante la falta de rentabilidad provocada por la entrada indiscriminada de los productos agrícolas importados desde los Estados Unidos, Europa o el sureste de Asia, donde son completamente subsidiados por sus gobiernos.
A su juicio, argumentó que la pobreza que se vive en el campo, es resultado de la aplicación a rajatabla de una política de libre mercado, que hace abstracción de las desigualdades productivas de México con relación a otros países, destruye nuestra soberanía alimentaria y oprime el mercado interno haciendo emigrar nuestros empleos hacia el extranjero.
Dijo que el estancamiento productivo en el campo y la falta de oportunidades de empleo e ingreso para los productores es efecto combinado de una política económica que abandona a su suerte a los productores agropecuarios más vulnerables escamoteándoles apoyos, subsidios y políticas de fomento productivo, mientras les aplica una política comercial que los pone a competir, en el abandono, contra las importaciones, esas si subsidiadas por los gobiernos, de otros países.
Es contradictorio que año con año el poder legislativo incremente el Presupuesto del Programa Especial Concurrente para el Campo en montos y programas, mientras el Ejecutivo Federal le pone cada vez más candados para impedir su aplicación con los productores más vulnerables del sector social.
Un ejemplo de ello es la decisión de la SHCP de poner topes de hasta 30 mil pesos a los subsidios o someterlos a condiciones fiscales cuyo resultado de corto plazo es su exclusión de los programas de fomento en beneficio de las grandes empresas agropecuarias, aquellas que si pueden contratar asesoría fiscal especializada.
Reprochó el dirigente de la UGOCP al Gobierno Federal que la pobreza no puede combatirse con dadivas o limosnas focalizadas que pagan a los pobres para que sigan siendo pobres y los convierten en clientes permanentes de los programas sociales que en lugar de combatirla, la perpetúan.
Luis Gómez Garay demandó dar respuesta inmediata a las iniciativas de financiamiento que han sido positivamente evaluadas en el marco de las reglas de operación de los programas de apoyo al sector productivo no solo veracruzano sino también nacional.
Expuso que “nuestra organización está convencida de la necesidad de combatir aquella visión irresponsable que origina la aplicación dispersa e inequitativa de políticas públicas y programas de desarrollo que fortalecen la capacidad productiva de unas pocas grandes empresas, que exportan y generan divisas, en tanto que resultan excluyentes y dejan en el abandono a una gran masa de productores rurales que poco pueden hacer frente a unas reglas de operación cada vez más complicadas y tortuosas que de manera impúdica los inhabilitan para incorporarse al desarrollo nacional”.