Una larga historia de abusos, corrupción e impunidad han sufrido los pueblos Tarahumaras y Tepehuanas, territorios donde asoma con cinismo la colusión de autoridades, caciques y supuestos inversionistas que llegan con proyectos para el desarrollo de la región, pero solo para apoderarse de la Sierra Tarahumara, particularmente en la comunidad del Cobre.
Así lo reseñó el senador perredista Alejandro Encinas Rodríguez, al recibir a 43 representantes indígenas de la comunidad Tarahumara, a quienes también dio la bienvenida el senador panista Javier Corral Jurado y ofreció atender la petición de ayuda para que el gobierno federal cumpla con los programas de desarrollo establecidos para esa región.
Por su parte, los senadores priístas brillaron por su ausencia en este encuentro por la causa tarahumara tepehuana, porque, según dijo un secretario técnico de esa bancada tricolor, están muy ocupados en construir la estrategia de lucha para imponer las leyes reglamentarias de la Reforma Energética.
Alejandro Encinas exhortó a la Secretaria de Desarrollo Agrario Territorial y Urbano, Secretaria de Medio Ambiente y Recursos Naturales, Procuraduría Federal de Protección del Ambiente, Comisión Nacional de Derechos Humanos, Tribunal Superior Agrario, Secretaria de Turismo, FONATOUR, CONAGUA y a la Secretaria de Comunicaciones y Transportes, a realizar una reunión de alto nivel con capacidad de adoptar decisiones.
De igual forma, hizo un llamado especial al Director de la Comisión para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas, Jaime Martínez Veloz, para que cumpla con los compromisos que asumió tanto con la comunidad Tarahumara y Tepehuana, con la finalidad de que la Caravana regrese con resultados a Chihuahua y a sus distintas comunidades.
El senador Encinas Rodríguez dijo que “los testimonios que escuchamos son de una larga historia de abusos, corrupción e impunidad contra los pueblos Tarahumara y Tepehuana, en donde la colusión de autoridades y caciques y supuestos inversionistas pretenden alentar proyectos al desarrollo de esta región de la Sierra Tarahumara, particularmente en la comunidad del Cobre, donde son reflejo del desprecio de la autoridad federal y local tiene hacia el desarrollo de los pueblos”.
Externó que es inaceptable que se otorguen permisos de explotación forestal en territorios que son propiedad de las comunidades y hagan proyectos de desarrollo turístico sin la anuencia de las comunidades, y menos aún sin cumplimiento de compromisos que se firman para la integración de un fideicomiso del Consejo Consultivo para que con la participación de las comunidades se tuviera realmente un impacto favorable para el desarrollo.
Asimismo, manifestó que las comunidades no están en contra del desarrollo de la región, sino que tienen que enfrentar con proyectos que efectivamente generen empleo, distribuyan ingreso y mejore la calidad de vida de las comunidades.
Dejó en claro que ni con 100 Cruzadas Nacionales contra el Hambre en la Sierra Tarahumara se va a resolver el problema, si las comunidades no son los sujetos propios del desarrollo.