En México, las personas de 60 años y más representan un poco más del ocho por ciento de la población total, y en unos 15 años, el tamaño de ese segmento podría duplicarse; entonces, aproximadamente de 560 mil a 688 mil individuos estarán afectados por demencia senil.
Las demencias son la primera causa de discapacidad en el adulto mayor y su cuidado implica un alto costo socio-sanitario; de este tema trata la tesis Calidad de vida en el paciente anciano con demencia. Principios y criterios para su atención, de Tirso Zúñiga Santamaría, ganador de la primera entrega del Premio Dra. Aurora Arnaiz Amigo a la mejor tesis de doctorado en el campo de la bioética, que se otorgó a través de la fundación del mismo nombre, y la Coordinación de Humanidades.
En la ceremonia, el egresado del programa en Ciencias Médicas, Odontológicas y de la Salud de la Facultad de Medicina (FM) de la UNAM, cuestionó cuál debe ser la postura de los profesionales de la salud ante un anciano diagnosticado con demencia, “si nos debemos limitar al acompañamiento, en nuestro deber de no dañar, curar, aliviar y consolar”.
Desde sus orígenes, expuso, la bioética ha hecho del problema de la calidad de vida el centro de sus reflexiones en aras de una asistencia médica más humana; esta contrariedad, en el caso de ese segmento poblacional, obliga a tomar precauciones y a fundamentar del modo más estricto posible los criterios en la toma de decisiones, sostuvo ante la coordinadora de Humanidades, Estela Morales Campos.
Es fundamental comprender que esa calidad no es una etiqueta ni un emblema que se adhiere a los humanos como si fuera un producto manufacturado. De esto se deriva la importancia de un abordaje bioético en el cuidado de esos pacientes y en la búsqueda del quehacer ético de cada persona.
Zúñiga Santamaría propuso el desarrollo de una ética del cuidado del anciano con demencia, que no sólo sea de acompañamiento, sino donde la prevención, anticipación y previsión sean factores que coincidan con el respeto a sus derechos, para sentar las bases sólidas que busquen impactar de manera positiva la calidad de vida de estos enfermos.
Rosario Rodríguez Arnaiz, en representación de la Fundación Dra. Aurora Arnaiz Amigo, indicó que ésta es una institución de asistencia privada que nació en el año 2000, en atención “a la última voluntad de mi madre”.
Tiene varios objetivos y maneja programas como el premio que se otorga a la mejor tesis de doctorado a escala nacional en el campo de la bioética.
“Mi madre fue una estudiosa del derecho. Dedicó su vida académica a la docencia y la investigación, en temas como derecho constitucional, teoría general y ética del Estado. Sus inquietudes intelectuales abarcaban muchos ámbitos, de modo que en el transcurso de las charlas que sosteníamos, reflexionaba sobre el vínculo existente entre el derecho y la biología”, recordó.
El vertiginoso avance de esa ciencia en el siglo XX, de la genética en las últimas décadas (que ha permitido la construcción de organismos transgénicos, fenómeno que también se da de forma natural) y la secuenciación de genomas, son temas que tienen un trasfondo ético-moral, legal y social.
El trabajo de Tirso Zúñiga Santamaría, consideró Rodríguez, conducirá a mejorar los servicios de salud para esa población, la de los ancianos con demencia, tan vulnerables.
En tanto, María Leoba Castañeda Rivas, directora de la Facultad de Derecho (FD), resaltó que Arnaiz llegó a ser profesora emérita de esa entidad, donde hizo una labor impresionante: fue maestra de ex presidentes de la República y de muchos profesionales del derecho.
Española de origen, “fue una mexicana muy querida por todos nosotros”, y gran humanista. Dejó su patria sin patrimonio alguno, fue en busca de una nueva forma de vida. “A partir de ello nos da una pauta de vida. Salió adelante y se convirtió en una catedrática reconocida”.
Fue una gran profesora, singular, investigadora y autora de obras como Teoría del Estado. Dejó una herencia, como el premio a las tesis de calidad en materia de bioética. “Aurora Arnaiz no se ha ido, está presente en el reconocimiento que todos los días le hacemos al honrar su legado”, acotó.
En el auditorio Mario de la Cueva de la Torre II de Humanidades, Morales Campos refirió que este certamen convocó a estudiantes de biología, química, veterinaria, derecho, filosofía y medicina.
Se recibieron seis tesis en las áreas de ciencias, derecho y bioética, provenientes de diversas instancias, entre ellas la Universidad Autónoma de Nuevo León.
En su oportunidad, Fernando Cano Valle, del Instituto de Investigaciones Jurídicas (IIJ) y experto en bioética, en representación de los evaluadores, resaltó el elevado nivel académico de los trabajos presentados. “Reflejan la solidez académica de los estudios de doctorado”.
La decisión final se sustentó en la mayor relevancia, metodología, trascendencia, aportación y argumentos pertinentes del ganador, que revela que la dignidad humana, los derechos y la justicia son los peldaños que ha construido la humanidad para ascender desde una vida instintiva, hasta una inteligente y de convivencia pacífica.
Las demencias son la primera causa de discapacidad en el adulto mayor y su cuidado implica un alto costo socio-sanitario. La tesis premiada expone los modos de atención y su reconocimiento “por deber y justicia”, finalizó Cano.