El diputado federal Vicario Portillo Martínez reconoció que falta mucho por hacer para atender y resolver la problemática indígena nacional, en particular en Guerrero, donde muchas demandas sociales no se han solucionado y son una deuda pendiente.

Reconoció el consenso logrado en el seno de la Comisión durante el trienio de la LXII Legislatura que propicio la unión de esfuerzos en temas comunes para avanzar en solventar las necesidades que enfrentan los pueblos autóctonos.

La diputada Leonor Romero Sevilla aseguró que en la presente legislatura se avanzó mucho en la protección de los derechos indígenas. Hizo votos por que se consolide el esfuerzo en la LXIII Legislatura, ya que “luchar por ello es preservar la raíz, la identidad y nuestra cultura”.

Refirió los logros alcanzados en los últimos tres años respecto al reconocimiento de los derechos políticos de las mujeres indígenas, además de tender puentes interinstitucionales que contribuirán a identificar los requerimientos de este sector y en conjunto de las comunidades étnicas.

La diputada Margarita Licea González resaltó que aunque se lograron avances para atender a las etnias, mediante las modificaciones al marco legal y aumentos al presupuesto en su favor, “México tiene todavía deudas con los indígenas”.

Las mujeres indígenas, dijo, requieren más oportunidades en materia electoral y en el respeto de todos sus derechos. Propuso que no se confundan los beneficios que tiene el marco jurídico para atender a este sector, donde los usos y costumbres tienen pesos específicos en las comunidades, porque se aprovechan para mal y no para bien.

Afirmó que las propuestas para atender a los pueblos autóctonos deberán ser una prioridad por la próxima LXIII Legislatura, a fin de acortar la brecha de desigualdad que prevalece.

En su turno, la diputada Yazmin de los Ángeles Copete Zapot sostuvo que en materia legislativa existen muchos pendientes que permitan garantizar el derecho de sus tierras y aguas.

La Cámara muchas veces no da la importancia que se debe a los sectores más débiles, lo cual acentúa la existencia de los dos Méxicos el que tiene todo y el otro que sufre olvido, rezago económico y educativo.

“Mientras exista pobreza no habrá democracia y se continuará con los caminos de terracería y la falta de centros de salud en la regiones indígenas”, dijo.

Los cambios no los esperen de arriba hacia abajo, sino al contrario, este país llegará hasta donde quieren, eso no va a depender del gobierno sino del ejido, campo, localidad, enfatizó.