La venta y publicidad engañosa de los llamados “productos milagro”, pone en riesgo la salud de los mexicanos y como consecuencia de esas prácticas se ha generado un grave problema sanitario, por lo cual es necesario controlar la venta y publicidad de esos productos, denunció la senadora panista Maki Esther Ortiz Domínguez, al presentar una iniciativa para reformar la Ley General de Salud.
“Se pretende reformar y adicionar diversos artículos a la Ley General de Salud para regular la publicidad de este tipo de productos y darle certeza jurídica al consumidor. Por una parte, buscamos reformar el artículo 309 para establecer horarios de difusión de la publicidad que aparece en radio y televisión, sobre medicamentos, remedios herbolarios, suplementos alimenticios y productos cosméticos.
“Asimismo, en el artículo 310 se propone que, tratándose de los remedios herbolarios, suplementos alimenticios y productos cosméticos, se deberá incluir permanentemente de forma visual y mencionarse de forma auditiva, o ambas, según el medio de que se trate, el texto: ‘no es un medicamento’, además de las leyendas de advertencia que señale la Secretaría de Salud”, detalló.
Además, continuó, se plantea adicionar un artículo 310 Bis con la finalidad de prohibir, en el caso específico para remedios herbolarios, suplementos alimenticios y productos cosméticos, cualquier clase de publicidad y/o promoción que sea engañosa, induzca al error y que genere un riesgo para la salud y el patrimonio de las personas.
“Para quien infrinja estas disposiciones se establecen las sanciones contenidas en el artículo 420 de la ley en comento, que considera multas de 2 mil y hasta 6 mil veces el salario mínimo general vigente en la zona económica de que se trate”, remarcó.
La legisladora por Tamaulipas indicó que en el México actual, a consecuencia del desarrollo cada vez más dinámico de la sociedad, sus habitantes por sus múltiples ocupaciones, escasez de tiempo e incluso por ignorancia y hasta comodidad, optan por adquirir productos que les simplifiquen sus actividades y el cumplimiento de sus metas, general y comúnmente en el ámbito de salud.
Aquí, agregó, es donde hace aparición una industria cuyo objetivo principal es brindar satisfactores a los consumidores, quienes, desesperados por encontrar remedios inmediatos a sus problemas, los adquieren con la esperanza de lograr los resultados esperados. Esta es la industria especializada en suministrar los famosos “productos milagro” o también llamados “productos frontera”, dijo.
“Los productos conocidos como ‘milagro’ o ‘frontera’ se distinguen de otros que pueden encontrarse en el mercado, por la sencilla razón de destacar en los medios publicitarios algún o algunos atributos terapéuticos, preventivos, curativos, rehabilitatorios o auxiliares, abarcando diversas áreas de interés para el consumidor, desde remedios para alguna problemática grave de salud hasta cuestiones simples comúnmente estéticas, con el objetivo de alcanzar a todas las personas indistintamente de su edad”, expuso la Senadora.
Sostuvo que la Ley General de Salud autoriza solamente tres tipos de medicamentos: los alopáticos, homeopáticos y herbolarios, pero la industria de los “artículos frontera”, para evitar las estrictas pruebas a las que se someten los medicamentos, introduce al mercado sus productos como remedios herbolarios, suplementos alimenticios y productos cosméticos, sin el rigor de las comprobaciones científicas establecidas, para así obtener mucho más fácil las autorizaciones de la Secretaría de Salud.
“Aquí es donde comienza el engaño para el consumidor, ya que le atribuyen a sus productos cualidades preventivas, terapéuticas o de rehabilitación, nutritivas, estimulantes o de otra índole que no corresponden a su función o uso según su autorización.
“Esto conlleva peligros sanitarios graves en su consumo, especialmente los que se ingieren, tales como suplementos alimenticios o remedios herbolarios que pueden estar formulados por gran variedad de sustancias e ingredientes y, a su vez, generar riesgos de carácter farmacológico”, apuntó
Ortiz Domínguez resaltó que los productos milagro manipulan la publicidad al omitir, parcial o totalmente en ella, información del producto, ya sea del contenido de sus ingredientes, modo de empleo, dosis, restricciones, o de sus efectos secundarios y, aunado a la escasa regulación de este tema en nuestra legislación, es que estos productos no requieren de una comprobación exhaustiva de sus cualidades, apartándose de cualquier tipo de responsabilidad que pudiera generarse en su contra, al manifestar en su publicidad que tal responsabilidad es del usuario o consumidor.
“La estrategia de este tipo de productos para colocarse en el mercado es la inversión de recursos en su publicidad y no en investigación científica, por lo que para obtener un respaldo sobre su supuesta efectividad utilizan en los medios publicitarios a figuras públicas que gozan de buena fama, reputación y reconocimiento público, generalmente personas del medio artístico.