México.─ La siembra experimental de maíz mejorado genéticamente por el Centro de Investigación y Estudios Avanzados (Cinvestav) avanza sin alteraciones y comprueba la tolerancia del cultivo a frío extremo y sequía, por lo que se prevé que en el plazo de un año este maíz esté disponible en el mercado, señaló la doctora Beatriz Xoconostle Cázares.
De acuerdo con la investigadora, líder de este proyecto de mejoramiento genético, a pesar del frío y estrés hídrico que ha prevalecido en el norte de México, el maíz mejorado ha presentado un buen desempeño, por lo que luego de obtener los resultados definitivos —en un par de meses, cuando sea la cosecha de la siembra experimental— se dará paso a la siembra a nivel piloto.
La investigadora del Departamento de Biotecnología y Bioingeniería del Cinvestav confía en que los permisos legales para la siembra se otorguen de manera fluida, para que en un periodo estimado de un año, este maíz mejorado genéticamente pueda ser comercializado.
Respecto a los pronunciamientos en contra de los cultivos biotecnológicos, la doctora Xoconostle mencionó que cuando los investigadores opinan a favor de éstos, se les descalifica con el argumento de que les paga alguna transnacional, “que no saben del tema o tienen un interés oculto”.
En este sentido, refirió que opiniones de activistas como el inglés Mark Lynas han logrado detener el uso de la tecnología de transgénicos en algunos países de Europa, África y Latinoamérica.
Sin embargo —agregó— recientemente Lynas admitió estar equivocado, luego que, con base en evidencia científica, se ha demostrado que los organismos mejorados genéticamente usan menos pesticidas, disminuyen costos de producción, aumentan la productividad y aprovechan mejor el agua y la tierra.
Al respecto, destacó que pequeños y medianos agricultores de países como China, India o Argentina han sido los más beneficiados con el uso de biotecnología agrícola, al conseguir aumentar alrededor de 30 por ciento el volumen de sus cosechas.
Finalmente, la especialista consideró necesario que México desarrolle semillas propias para reducir la dependencia de los mercados externos, además de superar vacíos legales y “considerar a los organismos genéticamente modificados como una alternativa real para solucionar los problemas del campo mexicano”.
Revista digital 2000 Agro