El secretario de la Comisión de la Función Pública de la Cámara de Diputados, Josué Valdés Huezo, dijo que en la actual situación en que se encuentra el país, inmerso en la inseguridad y la violencia en muchos estados y regiones, "es de alto riesgo enviar a jóvenes médicos que están expuestos al hampa".
Recordó que la UNAM es la única institución que obliga a sus egresados de la Facultad de Medicina a realizar el servicio social en zonas alejadas, rurales, indígenas como requisito para poder entregarles su título profesional.
"Los médicos pasantes se encuentran en ocasiones en la disyuntiva de ir a zonas en donde operan grupos del narcotráfico, donde no hay presencia de policías o Ejército. Es un riesgo muy alto para concluir una carrera y eso no se exige a ingenieros, abogados, periodistas o cualquier otra profesión", expuso.
Dijo que de acuerdo con datos de la Facultad de Medicina de la UNAM, alrededor de 11 mil pasantes que realizan el Servicio Social son quienes atienden las 10 mil 625 unidades rurales de la Secretaría de Salud (Ssa) y 5 mil 58 unidades rurales del IMSS.
Valdés Huezo añadió que deben existir esquemas diferentes para el servicio social de los egresados de la Facultad de Medicina de la UNAM, donde existan opciones y no sólo la presión de enviarlos a zonas como Sinaloa, Guerrero, Michoacán o Durango, entre otras, donde hay un alto riesgo para su seguridad.
"Ya hemos visto agresiones contra maestros en zonas rurales e incluso urbanas como Acapulco. Es necesario que las autoridades de dicha facultad y el Gobierno federal modifiquen este esquema de servicio social, por lo menos hasta garantizar que no hay riesgos para la seguridad de los pasantes de medicina", agregó el legislador.
El informe de la Facultad de Medicina de la UNAM añade que los pasantes, quienes realizan así labores de un médico titulado, reciben una beca que no rebasa los mil 500 pesos mensuales, con los que deben cubrir los gastos de hospedaje, alimentación y transporte en las comunidades a las que son asignados.