Todas las plagas tienen enemigos naturales y al aprovechamiento de parasitoides, depredadores y entomopatógenos para combatir a las diferentes plagas de los cultivos se le conoce como control biológico, el cual, de acuerdo con Luis Ángel Rodríguez del Bosque, del Campo Experimental Río Bravo del Instituto Nacional de Investigaciones Forestales Agrícolas y Pecuarias (INIFAP), tiene muchas ventajas económicas y ecológicas.
Un ejemplo de lo anterior es que con el uso de un baculovirus importado de Brasil en 1997, un virus patógeno que ataca a la principal plaga de la soya en México, el gusano terciopelo, en el sur de Tamaulipas, los beneficios suman actualmente 100 millones de pesos. Además, el uso del baculovirus en esta región ha evitado la aplicación de un total de 150 mil litros de insecticidas, ha protegido a más de 18 mil millones de depredadores (crisopas, catarinas, chinches y arañas) del gusano terciopelo, y ha evitado la reaparición de plagas secundarias, señaló el integrante de la Academia Mexicana de Ciencias (AMC).
En México, de manera general, las principales plagas del maíz son el gusano cogollero y el gusano elotero; en el sorgo es el pulgón amarillo, de reciente invasión en nuestro país; para el caso de los cítricos, las principales plagas son las moscas de la fruta y recientemente el dragón amarillo; mientras que en la soya es el gusano terciopelo.
El primer paso para un buen manejo de las plagas que afectan a los diferentes cultivos es la identificación, y aunque la mayoría de los productores tienen práctica identificando las plagas de sus cultivos, el problema se presenta cuando son plagas nuevas, como ha sucedido durante la última década en México. De esta manera, las medidas preventivas contra las plagas dependen de muchos factores, pero en general un buen manejo agronómico del cultivo – desde la siembra hasta la cosecha– que incluye la preparación y fertilización del terreno y la adecuada selección de la semilla, ayuda a prevenirlas, ya que de esta manera las plantas podrán tolerar mejor el ataque de las plagas.
Una de las desventajas del control biológico es que ni en México ni en otras partes del mundo “se cuenta con un buen sistema de evaluación y seguimiento para determinar el impacto económico y ecológico de este tipo de control de las plagas de los cultivos. Sin embargo, uno de los métodos más comunes para determinar el impacto del control biológico es evaluar la densidad de la plaga y sus daños, antes y después de su implementación”.
Si bien, el uso de sustancias químicas para matar de diversas formas a las plagas ha tenido un papel primordial en el control de plagas agrícolas, también constituye el método que más riesgos tiene, incluyendo contaminación, eliminación de la fauna benéfica, la resistencia de las plagas a los insecticidas, así como elevados costos.
Por lo anterior, se recomienda el uso simultáneo o en secuencia de varios métodos de control de plagas, por ejemplo, el control cultural que implica ciertas fechas de siembra, el control biológico, utilizar variedades de plantas tolerantes a las plagas, entre otros.
Para salvar la caña de azúcar
En el caso de la caña de azúcar, uno de los cultivos industriales más importantes en el país, se han utilizado organismos benéficos para el control, principalmente, de dos plagas. Para el gusano barrenador se han utilizado parasitoides de las familias Trichogrammatidae, Braconidae y Tachinidae, y para la mosca pinta o “salivazo” se han utilizado hongos entomopatógenos.
En el trabajo “Manejo integrado de barrenadores en caña de azúcar en el sur de Tamaulipas”, el doctor Rodríguez del Bosque, junto con un grupo de investigadores, señalan que las tres especies de barrenadores, en orden de importancia, que atacan la caña de azúcar en el sur del territorio tamaulipeco son: Diatraea magnifactella, Eoreuma loftini y Diatraea saccharalis, todas del orden de los lepidópteros conocidos como mariposas.
Las tres especies de barrenadores antes citadas presentan diferencias en relación con su morfología, biología, ecología y a los daños que causan, sin embargo, son atacados en forma natural por diversos organismos benéficos, entre ellos entomopatógenos, parasitoides y depredadores que pueden llegar a provocar una mortalidad acumulada de los barrenadores de más del 90%. Aunado a esto, el buen manejo agronómico de la caña de azúcar, desde la siembra hasta la cosecha, reduce los riesgos por barrenadores del tallo.
Además, en el texto los especialistas resaltan el papel del manejo integrado de las plagas de la caña de azúcar, y no recomiendan el control químico por ser incosteable, porque contamina el ambiente, además de que existe el riesgo de que los barrenadores desarrollen resistencia a los insecticidas y porque causa daño a la fauna benéfica.
En la actualidad, el entomólogo Luis Ángel Rodríguez del Bosque estudia los aspectos de la biología y el manejo integrado del pulgón amarillo del sorgo, una nueva plaga en México desde el 2013, que se ha convertido en la más importante plaga de esta gramínea, ya que provoca daños hasta del 100%.