En medio de una Semana Nacional de Educación Financiera y tras la presentación de una Encuesta de uso de Afores, en México trascendió que la vejez es una etapa de estancamiento en la movilidad social de familiares. “Estamos ante un segmento que aporta nada en impuestos, pero demanda servicios en termino de ayuda económica”.
En días pasados durante la presentación de la Encuesta Ahorro y Futuro: ¿Cómo piensan los estudiantes universitarios? Jorge Buendía (especialista en estudios electorales y de opinión pública) destacó un dato contundente, “a la pregunta de qué piensan vivir en su vejez, un buen número respondió que esperan que el gobierno les proporcione su ayuda.
A la par de esta actitud ante el retiro por parte de los mexicanos, la Condusef aseguró que al considerar al retiro como una idea lejana, el ahorro voluntario puede ser una opción para tener una mejor opción para el futuro.
Dicha herramienta puede ser una posibilidad para el segmento de dependientes que fueron identificados por la encuesta realizada por la Amafore y que es la población que en su mayoría depende del jefe del hogar, “no se sienten responsables en tener ingresos para su vejez (mujeres, parejas de jefes del hogar o hijos entre 18 y 29 años), este segmento seguirá dependiendo en su vejez de los ingresos de alguien más como sus hijos o pareja”.
De acuerdo con la Encuesta Nacional de Inclusión Financiera 2012, sólo 27.8 por ciento de la población a nivel nacional tiene una cuenta de ahorro para el retiro y el 49 por ciento considera que sus hijos verán por ellos, al momento que concluya su etapa laboral.
El ahorro que los mexicanos destinan para su retiro con el esquema de aportaciones programadas, difícilmente será suficiente para recibir una pensión digna, ya que las aportaciones tripartitas representan el 6.5 por ciento del salario base de cotización, mientras que los estándares internacionales señalan un rango óptimo que va del doce al 15 por ciento.
La recomendación de instituciones como la Condusef, es que al iniciar la vida laboral en la que se cuente con un número de seguridad social, cuando esta se registra en una Afore, automáticamente se abre una cuenta individual en donde se incluyen aportaciones tripartitas (del gobierno federal, patrón y del usuario).
A decir de Buendía, existe un importante grupo de mexicanos identificados como marginados, se trata de quienes no tienen condiciones laborales que les permita pensar en el retiro, “un alto número de estos son beneficiarios de programas sociales y los encontramos (mayoritariamente) en localidades rurales. Aquí vemos un sector de la sociedad que en términos de planear el retiro, tienen serias dificultades o capacidad”.
“Para cuatro de cada diez mexicanos, simplemente la posibilidad de dejar de trabajar está fuera de su imaginario; son los marginados socioeconómicamente, gente que trabaja en el sector primario o vive en zonas rurales”, destacó.
La encuesta que ofreció la Amafore señala que a la pregunta de ¿depende económicamente de alguna persona de su familia? 72 por ciento contestó afirmativamente y 28 por ciento respondió que no. Los hijos son los principales miembros de la familia que apoyan a los dependientes dentro de la encuesta.
Al preguntar a los hijos qué tan fácil era para ellos mantener a los padres, 41 por ciento contestó que difícil, 40 por ciento dijo que fácil y solo siete por ciento aseguró que era muy difícil.