El rezago educativo es uno de los principales retos que México enfrenta, pues el promedio de educación es de 8.6 años. En el Distrito Federal es de 10.5 años, mientras que en Chiapas es de 6.7 años, niveles semejantes a los de países como Paquistán o Sierra Leona.
Así lo destacó la Comisión de Educación Pública y Servicios Educativos que preside el diputado Jorge Federico de la Vega Membrillo, y agregó que, de acuerdo con el informe denominado Panorama de la Educación 2013 de la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE), en México la tasa de graduación a nivel de educación media superior es la mayor de los países integrantes de la organización; sin embargo, pese a los crecimientos en diversos aspectos educativos, el país muestra rezagos importantes.
Explica que 44 por ciento de los jóvenes de entre 25 a 34 años de edad cuenta con un certificado de este nivel educativo, en tanto que 23 por ciento de las personas de 55 y 64 años, también lo tiene.
Por lo que hace a la educación universitaria, la población entre 25 y 34 años con un certificado universitario es de 23 por ciento, mientras que el de las personas entre 55 y 64 años, es de 12 por ciento.
“Pese al crecimiento de acceso a la educación en estos niveles, los porcentajes son bajos en contraste con los índices de los países integrantes de la OCDE, cuyos datos indican que la media es del 39 por ciento, en los niveles de educación superior”, precisa.
Respecto a la inversión en el gasto para la educación en relación con la riqueza nacional, los datos muestran que para el año 2010 México destinó 6.2 por ciento de su Producto Interno Bruto (PIB) al gasto en instituciones educativas, mientras que la media de los países integrantes de la OCDE es de 6.3 por ciento del PIB.
Refiere que ello pudiera interpretarse como un buen indicador; sin embargo, cuando se contrasta el gasto per cápita del PIB para el mismo año, se tiene que la media de los países integrantes de la OCDE, para el nivel básico es de 27 por ciento y para México es del 20 por ciento.
Asimismo, considerando el tamaño de la población juvenil de México y el crecimiento del presupuesto destinado a la educación, no se destinan mayores recursos a los estudiantes per cápita, ya que el 93.3 por ciento es para remuneraciones del personal, el porcentaje más alto de los países de la OCDE, cuya media es del 78.2 por ciento.
El porcentaje de adultos con educación media superior es de 36 por ciento, y “sólo 12 por ciento de los jóvenes de entre 20 y 29 años de edad, está matriculado en algún sistema de educación superior, mientras la media en la OCDE es de 75 y 28 por ciento, respectivamente.
“Uno de los resultados alarmantes de la OCDE respecto a México, es que el nivel de instrucción más alto no implica obligadamente reducir las tasas de desempleo. La población joven, pese a tener niveles educativos más altos, son los más vulnerables en le marcado laboral”, puntualiza.
La Comisión de Educación Pública y Servicios Educativos sostiene que es fundamental impulsar una estrategia presupuestal para redefinir los términos en que se ha llevado a cabo la inversión pública en materia educativa, y promover medidas para redefinir el actual modelo distributivo y mejorar la calidad del gasto.
De igual forma, dar seguimiento al incremento progresivo en el Presupuesto de Egresos de la Federación, a fin de abatir el rezago educativo y promover un renovado federalismo para atender con justicia y equidad la distribución de recursos.
También promover incrementar la inversión pública en materia educativa, para alcanzar paulatinamente el 8 por ciento respecto del PIB, e impulsar acciones para lograr acuerdos que permitan destinar el 1 por ciento del PIB a la educación superior e incluso el 1.5 por ciento, que “sería el escenario deseable”.
Impulsar, además, una propuesta de presupuesto multianual para equilibrar la distribución de recursos que mejore la equidad, la calidad, la cobertura y la exigibilidad del derecho a la educación como mecanismo de combate al rezago educativo.
Promover, igualmente, una política de Estado para garantizar equidad, calidad, cobertura, exigibilidad del derecho a la educación y desarrollo de habilidades, así como cambios legislativos que contribuyan a acelerar la inserción de México en la competitividad y conocimiento globalizado.
Asimismo señaló que entre los países integrantes OCDE, México ocupa el primer lugar en violencia y maltrato en la población infantil y juvenil en el medio escolar, por lo que es urgente contrarrestar esta grave práctica social.
Por ello, indicó, se requieren mecanismos de coordinación entre autoridades educativas y de seguridad pública para disminuir ese fenómeno y la aplicación de un plan de seguridad escolar para cada plantel.