No hay un país en el cual México no mantenga unas relaciones espléndidas de comunicación, no existe un país, juró y perjuró Rubén Beltrán Guerrero, subsecretario para América Latina y el Caribe de la Secretaría de Relaciones Exteriores.
El diplomático acudió a la Cámara de Diputados a una reunión de trabajo y cuando los reporteros le preguntaron que hay inquietud de los legisladores por el distanciamiento de México con algunas naciones, como Venezuela, dijo textualmente:
“Pues tenemos un excelente diálogo con Venezuela, hay un proceso de diálogo fundamental que se está dando ahorita, tiene un acento especial en lo que se refiere a la preparación para la reunión de Caracas, de julio de este año, pero no sólo ello, ustedes atestiguaron, espero, o algunos de sus colegas atestiguaron, la profunda cooperación que tuvo la delegación de Venezuela en la reunión de COP 16, por ejemplo, en un tema importantísimo”.
Y en un intento de ser más convincentes, añadió: “También ustedes atestiguaron el envío de ayuda de México hacia Venezuela con motivo de las lluvias que ha habido, es decir, el esquema de solidaridad, el esquema de cooperación, el esquema de temas fundamentales, como es el cambio climático, el esquema de crear un andamiaje político, como será la construcción de la CELAC, (Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños)”.
Una y otra vez el funcionario de la cancillería insistió en que estos niveles de diálogo con Venezuela dan pie a que se puede trabajar de forma mancomunada, pero aclaró: “Ahora, la virtud de una política exterior serena es que te permita administrar los baches que de repente hay en todas las relaciones, porque en todas las relaciones hay no sólo múltiples acuerdos, pero de repente también hay algún bachecillo en algún desacuerdo, y una tarea fundamental de la diplomacia es que te auxilie administrar esos baches y te ayude a resanar rápidamente lo que haya que resanar”.