Por esa razón tiene la responsabilidad de reducir su emisión de gases de efecto invernadero y transitar hacia fuentes de energía renovables, y así debe manejarse en la reforma energética, afirmó el investigador del CIEco de la UNAM, Campus Morelia, Omar Masera.
México es el país número 14 a nivel mundial con mayores emisiones de gases de efecto invernadero a la atmósfera, informó Omar Masera Cerutti, del Centro de Investigaciones en Ecosistemas (CIEco) de la UNAM, Campus Morelia. Por esa razón, agregó, tiene una responsabilidad en reducirlos y el reto de transitar a fuentes renovables energéticas, “porque 92 por ciento de la energía que consumimos viene a partir del petróleo”.
Participante por nuestro país en la 12ª. Sesión del Grupo Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC, por sus siglas en inglés) de Berlín, Alemania, celebrada del 7 al 12 de abril pasados, el especialista en bioenergía sostuvo que el escenario del aumento de 2 grados centígrados promedio en el mundo al 2100, debe ser la meta de las distintas naciones, como se manejó en dicho encuentro.
Dio a conocer que de seguir la actual tendencia, sin hacer mucho por reducir los gases de efecto invernadero en el planeta, la temperatura alcanzaría los 4 o más grados centígrados promedio en el mundo al fin del presente siglo, lo cual traería consecuencias catastróficas.
En el caso de México, por su posición geográfica, dijo, quedaría en situación altamente vulnerable, con sequías en el norte e inundaciones en zonas bajas como Tabasco. Aparte de que subiría el número de huracanes, que llegarían por sus diferentes costas.
Ante esa situación, expresó que México contribuiría al cambio climático menos drástico con una transformación en su proceso de generación de energía actual a fuentes alternas, como la eólica y geotérmica.
De hecho, se pronunció porque la reforma energética “que necesita México”-actualmente a la espera de la aprobación de sus leyes secundarias-, no debe ser aquella donde se produzca más petróleo, sino facilitar esa transición a fuentes renovables, pues la de generación por combustibles fósiles es la más contaminante.
“No podemos pensar en contribuir contra el cambio climático si permitimos el uso de combustibles fósiles; debemos asegurarnos que la reforma energética tenga un componente más fuerte para la sustitución del petróleo como fuente más importante de energía en nuestro país”, subrayó en entrevista.
Asimismo, habló de incorporar la bioenergía, a través del biocombustible y el biogás, por ejemplo, para reducir el uso de gasolina en los automóviles, otra de las fuentes contaminantes a la atmósfera.
Señaló que el uso y consumo de energías renovables traerá muchas ventajas a la república, además del aspecto ecológico, con la creación de empleos a nivel local, el apoyo al desarrollo económico en comunidades marginadas e incluso a tener un liderazgo en esas áreas claves si se apoyan a largo plazo.
Otros cambios son la agricultura y manejo forestal sustentable; conservación y restauración de los ecosistemas, al igual que reforestación, aunque también un cambio en el hábito de vida personal, con prácticas de consumo de alimentos orgánicos, dejando la comida “chatarra”.
*Con información de la revista digital Teorema Ambiental, Tomado de MiMorelia