Las medidas fiscales aplicadas a productos del tabaco a partir de enero de 2011, son efectivas en dos vías: primero para reducir el consumo de tabaco entre los mexicanos, especialmente los niños y jóvenes, y en segundo lugar como medida recaudatoria.

“De acuerdo con información histórica del INEGI y de la Secretaría de Economía con la que contamos, es claro que el consumo de cigarros en población mayor de 15 años se ha reducido de manera progresiva conforme se han ido incrementado los impuestos y el precio a las cajetillas de cigarros en México. Por ejemplo en 2005, antes del impuesto, el consumo de entre la población fumadora era de cerca de 40 cajetillas al año, en 2010 se registró un consumo de 22 cajetillas promedio entre los mayores de 15 años”, menciona Erick Antonio Ochoa, director de iniciativas para el control del tabaco de la Fundación InterAmericana del Corazón (FIC) México.

Reportes de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) indicaron recientemente que, como resultado del Impuesto Especial sobre Producción y Servicios (IEPS) de $7.00 pesos aplicado desde enero de 2011 a la cajetilla de cigarros labrado, la recaudación del primer semestre del año fue 7% mayor que la del año pasado.

En lo relacionado con el comercio ilícito de tabaco, Erick Antonio afirma que "la información divulgada por la industria tabacalera es inconsistente y trata de confundir a las personas. Por ejemplo, de acuerdo con información facilitada por la Procuraduría General de la República (PGR), los aseguramientos por los delitos de contrabando, contrabando equiparado y falsificación de marcas han caído significativamente este 2011”.

“En 2008, cuando aún no existía el impuesto de ahora, los aseguramientos de la PGR superaron los 23 millones de cigarrillos; en lo que va de 2011, por ejemplo, se han asegurado tan sólo 34 mil cigarrillos por falsificación de marca. Para un mercado que produce más de 40 mil millones de cigarrillos en un año, como ocurrió en 2010, podemos claramente decir que los aseguramientos este año son poco significativos”, indicó Erick Antonio Ochoa.

Al respecto el Dr. Jesús Felipe González Roldán, Vicepresidente de la Red México Sin Tabaco, indica que “el comercio ilegal de cigarros en sus vertientes de contrabando y falsificación siempre han existido, independientemente de si hay o no impuestos, no sólo en México, sino en otras latitudes donde se han implementado antes; en otras palabras, es mentira esta supuesta relación”.

“En términos de comercio ilegal, ambas vertientes de este fenómeno que deben preocuparnos son la persistente venta de productos de tabaco a menores de edad y la venta de cigarros sueltos. Estos dos son exponencialmente más graves que el contrabando y los cigarros piratas: primero porque se facilita el acceso a un agente nocivo y altamente adictivo a nuestros niños y jóvenes y, en segundo lugar, porque se promueve altamente la evasión fiscal” continua el Dr. González Roldán.

“Si nos ponemos a hacer cuentas, las supuestas afectaciones económicas por contrabando son ínfimas, si comparamos los gastos de atención en salud que cada año eroga el Sistema Nacional de Salud por atender a la población fumadora, muy probablemente enganchada desde etapas tempranas, alrededor de 45 mil millones de pesos. No hablemos de las pérdidas fiscales derivadas de los cigarros sueltos que se venden hasta en $5.00 pesos cada uno, en cruceros, calles y avenidas. Si lo vemos de esa manera, la ganancia de la caja de cigarros es en realidad de $100.00 pesos”, termina el Vicepresidente de la Red México Sin Tabaco.