*Obama se perfila para repetir
Nueva York, 5 de noviembre de 2012.- Este martes, más que en cualquiera otra elección presidencial, el tema migratorio estará flotando en el aire como impulso vital en los proyectos de gobierno de republicanos y demócratas, cada uno a su modo.
Cada propuesta significa enmiendas a leyes estatales o federales, derogación o aprobación de leyes, algunas tan radicales como la clausura total de la línea fronteriza entre Estados Unidos y México, todo lo cual impactará a los 12 millones de seres humanos que trabajan día a día en esta tierra, cuna de la migración, pero sin sus papeles oficiales para hacerlo.
Por eso esta mañana en la votación, como latino, es indispensable. Es el voto latinoamericano/hispano, el de las minorías más visibles, más sonadas, con una visión de mayor aceptación, especialmente en el estado de Ohio.
Ohio, de acuerdo a la encuesta TIME/Abt SRBI, realizada vía telefónica entre el 22 y 23 de octubre, le da ventaja a la fórmula
presidente-vicepresidente de Obama/Biden por 49 por ciento, sobre 44 por ciento de Romney/Ryan.
Las personas no blancas le dan 80 por ciento al Partido Demócrata y el republicano se lleva solo 6 por ciento a su favor. En el caso de las mujeres, otorgan 19 puntos más a Obama/Biden, lo que coincide con la proyección nacional del voto femenino a favor del derecho a decidir (pro choise) principalmente, tema controvertido entre los republicanos, que rechazan al aborto incluso en casos de violación sexual o incesto.
Ahora bien, de regreso al tema de los y las sin papeles, en Ohio existe hoy una resistencia republicana que contradice la regla de la expulsión. La televisora publica PBS, en su espacio Newshour, la semana pasada proyectó cómo incluso en sus escuelas la enseñanza se hace también en español, a los niños y las niñas, hijos e hijas de trabajadores sin papeles, pero ciudadanos americanos.
Y es que los cierres de sus fábricas, poco después de las redadas llevadas a cabo por mandato republicano, afectaron su economía, sobre todo bajo el “Programa de verificación de trabajadores”.
En Arizona existe una posición retrógrada y fundamentalista, con una ley migratoria, totalmente discriminatoria, publicada en 2010. La gobernadora republicana, Jan Brewer, en entrevista con The New York Time Magazine del pasado agosto 26, dijo que el presidente Barack Obama “tiene una piel muy delgada”, al referirse a la posición del mandatario sobre el tema migratorio.
Brewer además afirma que en su estado cuenta con suficiente gente que corte el pasto y limpie casas por un salario reducido, “suficientes ciudadanos de Estados Unidos”, dice, pero lamentablemente eso no es así.
Republicaos y demócratas saben muy bien de la importancia del trabajo latino y, por supuesto, de su voto, por eso dentro de sus costosas campañas publicitarias debatieron por primera vez frente y para la comunidad hispana/latina e incluso Obama lanzó un spot en español y Romney lo secundó haciendo a un lado el afrentarse por ser hijo de mexicano.
Hoy los comentaristas destacan en todos sus medios de comunicación la importancia del voto latino/hispano. Obama, ahora sí, afirma que en 2014 se legislará una reforma migratoria mucho más amplia, es decir mucho más humana.
Por lo pronto, con todo y las dificultades legales, burocráticas e ideológicas, se avanzó en el Dream Act, para que se proteja con todo a los y las estudiantes, pues se trata de los niños y de las niñas que merecen vivir con todos los beneficios de la nación.
Ahora la realidad es otra y la clase trabajadora sin papeles, aún en la sombra, ya se ve, ya se reconoce como indispensable. Los medios de comunicación lo saben.
Con todo y lo que pudiera ser esta elección presidencial, los analistas dan ventaja a Obama/Biden en un orden de 50.7 por ciento, con lo que obtendría el segundo mandato, aunque el conteo se pronostica más largo de lo acostumbrado porque muchos llegarán por correo ordinario.
Habrá que tener los ojos puestos en Ohio, donde las predicciones favorecen a Obama/Biden, en el voto de las mujeres y en el voto minoritario latino/hispano. Lo que pase en Ohio, por tradición obtiene el triunfo en toda la nación.