En México mueren cada año más de 14 mil personas por enfermedades asociadas a la contaminación del aire, lo que representa un costo de 4.4 por ciento del Producto Interno Bruto, es decir, 520 mil 300 millones de pesos, afirmó el diputado federal Gabriel Gómez Michel, integrante de la Comisión de Medio Ambiente y Recursos Naturales.
A través de una iniciativa, el legislador señaló que México contribuye al deterioro ambiental mundial con el 1.6 por ciento de las emisiones de gases de efecto invernadero, ubicándose en la posición 13 de los países generadores de esos daños.
Además, con una deforestación anual entre el 1.0 y el 2.5 por ciento del territorio nacional, para el año 2050 se habrá perdido entre el 40 y 50 por ciento de la superficie manglar del país.
Del mismo modo, cada habitante del país genera casi 380 kilogramos de basura al año, destacó Gómez Michel.
El legislador dijo que es necesario reformar el artículo 47 de la Ley General de Educación para que se establezcan en los programas de estudios los principios de la educación ambiental sustentable, que permitan desarrollar capacidades, competencias, actitudes y valores para el desenvolvimiento armónico e integral del individuo y el medio ambiente.
Refirió que según datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), en México se recolectan cada día en promedio 86 mil 343 toneladas de residuos sólidos urbanos generados en las viviendas, parques, jardines y edificios públicos. Del total de desperdicios solo el 11 por ciento son separados desde su origen.
Respecto a la recolección de aguas contaminadas en alcantarillas, solo el 35 por ciento recibe tratamiento, el resto se vierte a ríos, lagos y lagunas, impactando severamente en la calidad del vital líquido y provocando daños al ecosistema. Las aguas marinas más dañadas del mundo se encuentran en nuestro país, indicó el diputado.
A través de una iniciativa, turnada a la Comisión de Educación Pública y Servicios Educativos, el legislador subrayó que se debe crear una conciencia ambiental global, que no comprometa el futuro de los recursos naturales para las nuevas generaciones.
Manifestó su convicción de que “la educación básica es el espacio para la formación de los próximos ciudadanos, a donde debemos incidir en la comprensión de los problemas y retos que tenemos en la educación ambiental”.
“Es nuestro deber contribuir a cuidar y preservar el mundo en que vivimos, redefiniendo nuestros valores y forma de vida, reduciendo el impacto que generamos en los ecosistemas, y creando una sociedad cociente y comprometida con la preservación de nuestro planeta”, afirmó Gómez Michel.