El Centro de Estudios de las Finanzas Públicas (CEFP) de la Cámara de Diputados señaló que pese a la posibilidad de ajustar a la baja las tasas de interés, la política monetaria poco podrá hacer para mantener controlada la inflación y no afectar el crecimiento económico.
En el documento “Panorama Económico para México. Reducido Alcance de la política monetaria”, se indica que ni el peso ni la economía mexicana se encuentran blindados y las autoridades monetarias tienen poco margen para actuar y contener su desaceleración.
Es necesaria una colaboración firme en la política fiscal que genere incentivos para fortalecer al mercado interno, se añade.
Se menciona que el crecimiento de la economía mexicana se encuentra amenazado por los riegos a la baja que permean al mundo global.
Por un lado, las perspectivas de crecimiento para los países avanzados se han deteriorado por la crisis de confianza ante la falta de medidas decisivas para lograr la consolidación y el ajuste fiscal; y por el otro, las economías emergentes han frenado su ritmo de expansión por las presiones de sobrecalentamiento.
Se abunda que las recomendaciones que emanan desde el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial (BM), sugieren el uso de una política monetaria contracíclica como primera línea de acción para contener los embates de dos posibles escenarios globales: la difícil, pero tolerable, desaceleración y una verdadera catástrofe económica.
En tal contexto, la propia Junta de Gobierno del Banco de México (Banxico) anunció que está vigilante del desempeño de la economía nacional y de los mercados financieros internacionales, con la finalidad de evaluar la conveniencia de modificar la política monetaria, se añade.
El CEFP precisa que “la política monetaria cuenta con un margen reducido para afrontar inclusive al mejor de los escenarios proyectado por Banxico: desaceleración en la actividad económica global particularmente en los Estados Unidos, ya que una reducción en el objetivo de la tasa de interés, si bien puede generar incentivos al mercado interno, puede traer consigo riesgos que presionen a la baja nuestro crecimiento económico”.
Además el principal riesgo proviene de una posible reversión de los flujos de capitales, lo cual conllevaría la depreciación del tipo de cambio e incrementos en los precios, ya que Banxico destaca que la evolución favorable del tipo de cambio ha ayudado a contener las presiones inflacionarias, resalta el Centro.
En el documento se puntualiza que dicha situación desalentaría el consumo y la inversión, provocando una caída en la actividad económica. Además, habría un desorden en los mercados financieros mexicanos y en las de financiamiento externo.
“La situación de la economía global que llevaría a nuestras autoridades a relajar la política monetaria podría jugar en contra, ya que la volatilidad en los mercados financieros internacionales podría debilitar todavía más al peso frente al dólar”, se enfatiza.