“No acepto la denostación del adversario o la calumnia como método para lograr pírricas apariciones en las columnas de los periódicos que solo dañan al partido y alejan a los ciudadanos”.

Con este reclamo dirigido a Ernesto Cordero Arroyo anunció Gustavo Madero Muñoz su petición de licencia al liderazgo nacional del PAN, para participar en la contiende interna que le permita reelegirse en el cargo.

“Hace poco más de tres años busqué la presidencia nacional de mi partido: Acción Nacional.

Lo hice, convencido de que el PAN es el mejor partido que tenemos los ciudadanos para construir un mejor país y un mejor futuro.

Lo hice, consciente de que el PAN estaba enfrentando problemas internos, de cohesión, de permeabilidad social, de proyecto, de narrativa y de haber sucumbido a muchas de las prácticas políticas que criticamos y combatimos durante las primeras 6 décadas de nuestra existencia.

Lo hice, conociendo que veníamos perdiendo terreno electoral y disminuyendo consistentemente los resultados en las elecciones en las que participamos

Baste recordar los resultados de las pasadas tres elecciones a la Presidencia de la República:

En el 2000 el PAN ganó con Vicente Fox con un 43 % de los votos obtenidos.

En el 2006 el PAN ganó con Felipe calderón con un 36% de los votos.

Y en el 2012 el PAN perdimos con Josefina Vázquez Mota obteniendo solo un 25% de los votos.

Algo no estábamos haciendo bien ya que disminuíamos el apoyo popular a nuestro partido de manera consistente casi un 2% por año.

Sin embargo, esta falta de apoyo no erosionaba la certidumbre que sosteníamos de que el PAN era el mejor partido para cambiar a México.

Que es el mejor partido, por sus principios y su doctrina humanista, democrática, liberal y reformadora.

¿Qué quiero decir con esto?

Que es el mejor partido por ser un partido humanista, porque promueve la dignidad de la persona humana, la solidaridad, la subsidiariedad.

Un partido que defiende la vida y los principios de la ética en la política y la construcción del bien común sobre el bien particular.

Que es el mejor partido por ser un partido civilizatorio, democrático y democratizador. Que promueve la formación de ciudadanía, de instituciones y prácticas democráticas como método privilegiado para la resolución de la cosa pública, para la incorporación plural y representativa de todas las voces, visiones e intereses en la deliberación y el devenir nacional.

Que es el mejor partido por ser un partido liberal. Que construye ese andamiaje de oportunidades y garantiza ese entramado de derechos que detonan la libertad individual, responsable y creativa para el florecimiento pleno del ciudadano, de su familia, de su comunidad y de su entorno.

Y que es el mejor partido por ser un partido reformador y modernizador que a base de las mejores ideas, las mejores prácticas de gobierno, permite descubrir lo mejor de nosotros mismos, potenciar nuestro crecimiento económico y el fortalecimiento de nuestro entramado social.

Con nuestros primeros gobiernos fuimos impulsando muchos de estos principios y doctrina en los diferentes programas e iniciativas legislativas.

Así, la irrupción del concepto de la transparencia y el derecho a la información por parte de los ciudadanos como condición indispensable de nuestra democracia se plasmó en nuestro sistema político a partir de la llegada del PAN al poder.

La libertad de opinión, de manifestación y el respeto al funcionamiento de los tres poderes como órganos autónomos y la pluralidad como realidad política florecieron durante nuestros gobiernos panistas.

El uso responsable de los recursos y las finanzas públicas para proteger el patrimonio de las familias y darle estabilidad y condiciones para impulsar el crecimiento se consolidaron en los gobiernos del PAN

Una nueva época de poder desconcentrado expresada desde el primer día de los gobierno panistas se resumió en la frase de nuestro presidente Fox cuando anuncia que desde ese momento se reconocía la nueva realidad de que: ¨el presidente propone y el congreso dispone.

La mayor ampliación de derechos humanos y sociales y de oportunidades para todos los ciudadanos se dieron esos doce años de gobiernos del PAN

Sin embargo, paradójicamente el respaldo electoral a nuestro partido se fue mermando y nuestro partido mismo debilitando.

Varios errores de inexperiencia, de visiones patrimonialistas de la política y del partido, fallas en la comunicación y trasmisión de lo trascendente sobre lo accesorio, la incorporación de prácticas que siempre criticamos (como el autoritarismo, el corporativismo, la corrupción, entre otros), y sobre todo, el no desmantelamiento del antiguo régimen, son algunas de los principales temas que debemos recordar en una indispensable autocrítica constructiva.

Por esa paradójica realidad: de saber que éramos la mejor opción, pero que estábamos fallando; busqué la presidencia del PAN en el 2010.

Durante estos tres años hemos tratado de corregir algunas de estas fallas en un proceso de evaluación, corrección y mejora de nuestro partido y de nuestros gobiernos; proceso que es difícil, pero que es indispensable para seguir aspirando a cumplir con ese mandato y anhelo ciudadano de que el pan sea el partido del cambio cultural.

El partido que sea finalmente el instrumento para formar ciudadanía, conciencia crítica y motivación para la acción, en la noble misión de construir la nueva cultura política en México:

Esa nueva cultura que sea democrática, incluyente y plural, que despierte el potencial latente de nuestra fuerza social para combatir los monopolios, los privilegios, la injusticia y la desigualdad.

Por eso pido licencia.

Pido licencia para continuar.

Pido licencia para seguir avanzando en este proceso de evaluación de nuestros errores, de la defensa de nuestros logros, pero sobre todo en el proceso de perseverar en esta brega de la construir  una nueva cultura y conformar un nuevo sistema político, que defienda los derechos de los ciudadanos y que combata esos poderes fácticos, que obtienen rentas y privilegios, al margen del estado de derecho y a costa del bienestar de las mayorías

Para eso pido licencia y para eso les anuncio que seguiré luchando.

Participaré en el proceso de la renovación de la dirigencia nacional con estas ideas y con estas propuestas.

Habrá quienes propongan ideas, visiones o narrativas distintas.

Es parte de la contienda democrática.

Lo que no es democrático es la descalificación del proceso y de sus autoridades, la denostación del adversario o la calumnia como método para lograr pírricas apariciones en las columnas de los periódicos que solo dañan al partido y alejan a los ciudadanos.

Hay quienes pregonan que el PAN está dividido y fracturado.

Confunden la diferencia y la pluralidad con la democracia. Confunden mayoría con unanimidades acrítica y sometidas.

Yo creo en la unidad producto de la expresión plural, la unidad que construyen las mayorías democráticas y que resuelven sus diferencias de manera institucional y transparente.

La mejor manera de demostrar verdadera la unidad institucional de mi partido no está en las críticas o las opiniones de algunos sino en los resultados y logros de nuestra institución.

La unidad que se demostró cuando pudimos resolver de manera democrática e institucional la Reforma de nuestros Estatutos para mejorar nuestro funcionamiento y vida interna;

La unidad que mantuvimos cuando logramos elegir internamente a nuestros candidatos y logramos importantes triunfos electorales en los 14 pasados procesos en los que crecimos en un 35 % la población que gobernamos;

Y más importante aún, la unidad de nuestras bancadas, cuando logramos aprobar la agenda del partido en las 10 reformas constitucionales que contienen el ADN panista de la apertura, la transparencia, la competencia y el combate a los monopolios públicos y privados en las telecomunicaciones, en la educación, en la política electoral, en la competencia económica y en la reforma energética.

A esa unidad en lo fundamental yo aspiro y por ella trabajaré incansablemente. En la unidad del propósito, en la unidad de los principios, en la unidad democrática, en la unidad institucional.

Sin duda hay dos narrativas que desde ahora se pueden identificar plenamente

La narrativa interna y externa de aquellos que pregonan el fin del partido de los principios, los que asustan con desbandadas o desmoronamiento de nuestra militancia, los que acusan falta de rumbo o estrategia, los que hacen parecer a nuestro partido como el mundo de la corrupción, la división, el conflicto y la derrota electoral, desdibujado y sin rumbo.

Y por otro lado nos ubicamos quienes nos centramos en los avances y los logros de nuestro partido, al tiempo que reconocemos y trabajamos para corregir nuestros hierros y omisiones, con la conciencia plena de que la verdadera recuperación del PAN se da, como se está empezando a dar, cuando recobramos nuestra vocación de lucha contra los dolores y las enfermedades sociales que generan la pobreza, el autoritarismo, los privilegios, la corrupción, la impunidad, la injusticia y la desigualdad.

El PAN volcado hacia lo social, lo exógeno, lo humano.

Es a ese PAN de las ideas y de los valores, de la deliberación y la propuesta, de la definiciones  políticas  definidas y de los compromisos sociales asumidos, de la lucha valiente contra el autoritarismo y los privilegios, es a ese PAN motor de nuestra historia nacional para avanzar en la democratización y el desarrollo de los mexicanos,  es a ese PAN que gana más cuando cambia realidades de injusticia y marginación, cuando transforma el sistema y la cultura política, es a ese PAN, que yo los invito a seguirlo fortaleciendo este próximo período del 2014-2015

El día de ayer, no porque me lo pidieran o exigieran los estatutos ni los reglamentos, sino por auténtica convicción democrática, solicité licencia para separarme del cargo de Presidente del Partido y pedir el voto de todos nuestros militantes, para consolidar un PAN unido en su democracia, sus principios y sus valores. Un PAN ganador”.