La senadora Iris Vianey Mendoza Mendoza presentó una iniciativa para derogar el Impuesto Especial sobre Producción y Servicios (IEPS), a los servicios que se prestan a través de la red pública de telecomunicaciones.
Explicó que el IEPS fue concebido como un impuesto especial para los bienes y servicios que producen efectos negativos en la sociedad como el tabaco y el alcohol, “claramente las telecomunicaciones no encuadran en dicho perfil de servicios”.
La legisladora indicó que los servicios de telecomunicaciones están gravados con un 3 por ciento que se aplica al precio cobrado, lo que ha significado un aumento al precio de los servicios que los consumidores deben absorber.
El impuesto especial a las telecomunicaciones impone una barrera adicional a la adopción de las nuevas tecnologías de la información y comunicación, añadió.
“Al aumentar el costo e inhibir el desarrollo de las telecomunicaciones, el gravamen ha tenido un efecto regresivo y adverso en la economía nacional: afecta negativamente el crecimiento económico, la creación de empleo y la productividad; y obviamente es regresivo para consumidores actuales y futuros, lentificando la adopción de las nuevas tecnologías”, expresó.
Al presentar su iniciativa que se turnó a la Cámara de Diputados, Iris Mendoza subrayó que además de tener un bajo impacto recaudatorio, a dos años de haber instrumentado este impuesto, son evidentes las consecuencias de afectación de manera directa en el incremento de las telecomunicaciones.
Sostuvo que la experiencia mundial demuestra que el aceleramiento de la tasa de difusión de las nuevas tecnologías de la información y la comunicación constituye un mecanismo efectivo de estímulo para la economía en su conjunto.
Explicó que mantener la carga fiscal sobre bienes y servicios de tecnologías de la información resulta contraproducente, ineficiente y regresivo.
“Es un absurdo que en la actual política fiscal del Gobierno Federal enfoque a las telecomunicaciones con una visión muy limitada de recaudación cortoplacista”, recalcó.
Una verdadera política de Estado, dijo, debe vislumbrar a las telecomunicaciones y a la adopción de las nuevas tecnologías de la información como instrumentos insustituibles que deben potencializar para atacar los problemas de crecimiento.