Se estima que las mujeres que utilizan leña para cocinar o calentar sus hogares inhalan aproximadamente 25 millones de litros de aire contaminado a lo largo de su vida.
En México, el uso de leña como un biocombustible para cocinar y calentar la vivienda es aproximadamente de 48 por ciento en áreas urbanas, y casi 70 por ciento en rurales, apuntó Stephanie Aldrighetti Báez, estudiante del posgrado en Ciencias Biológicas de la UNAM.
Los datos son resultado del proyecto “Caracterización orgánica de las aeropartículas emitidas en las cocinas rurales y su efecto potencial en la salud”, que desarrollan especialistas del Centro de Ciencias de la Atmósfera (CCA) de esta casa de estudios, en colaboración con sus pares del Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias (INER) y estudiantes de la Universidad Interserrana de Puebla.
Cada año, en el mundo se registran entre 1.5 millones y dos millones de muertes asociadas con la exposición a diversos biocombustibles. La contaminación intramuros por humo de estos últimos es uno de los 10 factores de riesgo más importantes para daños a la salud, en especial en países en desarrollo.
En nuestro territorio “esta exposición crónica a partículas contaminantes es causa directa de problemas en el tracto respiratorio, tales como la Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica (EPOC), el asma y el cáncer”, comentó Aldrighetti Báez.
La universitaria, quien desarrolla su tesis de maestría bajo la asesoría de Isabel Sada-Ovalle, del Laboratorio de Inmunología Integrativa del INER, indicó que se estima que 59 por ciento de los casos de tuberculosis pulmonar en áreas rurales, y 25 por ciento en urbanas, están asociados a la exposición del humo generado por la biomasa.
La quema de combustibles intramuros produce altos niveles de material particulado con diámetro de 10 micrómetros en un rango de 300 a tres mil microgramos por metro cúbico, y en el caso de partículas inferiores a 2.5 micrómetros, el nivel es de 256 microgramos por cada metro cúbico durante 24 horas.
“Algunos de los componentes básicos de estas partículas, asociadas a la mutagenicidad, son los hidrocarburos aromáticos policíclicos, resultado de una combustión incompleta asociada mayoritariamente con actividades antropogénicas y, en menor medida, a incendios forestales”.
Interesada en el área de la salud, y con su participación en este proyecto, la futura maestra en ciencias busca identificar los potenciales mecanismos inmunológicos que subyacen en la asociación epidemiológica entre la exposición a humo de leña y el desarrollo de tuberculosis pulmonar.
Al presentar el proyecto, que se aplica en comunidades de Zacatlán, en la Sierra Norte de Puebla, Irma Rosas, especialista en aerobiología del CCA, mencionó que las partículas biológicas nunca están solas, siempre van acompañadas de emisiones de combustibles de diferentes orígenes.
En la combustión de la leña está involucrado el polímero denominado lignina, pero ese proceso (combustión) es incompleto, lo que produce el desprendimiento de metales pesados y de compuestos del carbono, entre ellos, hidrocarburos, señaló.
Por lo regular, en la zona rural de Zacatlán utilizan el fogón para hacer las tortillas, pero también cuentan con otros sistemas para cocinar, como estufas de gas y con chimenea; en ocasiones emplean, a la par, los tres sistemas.
Al realizar las mediciones de carbono in situ, el monitor se saturó, “eran tantos los niveles de monóxido de carbono a los que están expuestas estas personas, que después no sabíamos cuál es la fuente más importante que altera su salud, si el monóxido, los hidrocarburos o los biogénicos”.
En tanto, Omar Amador, especialista en química atmosférica, también del CCA, explicó que uno de los propósitos del estudio es determinar los efectos, tanto de morbilidad como de mortalidad, con base en su tamaño y composición.
Entre más pequeñas son las partículas, llegan a regiones más profundas en el pulmón, pero son muchas las investigaciones que se han hecho en ciudades y pocos en zonas rurales, de ahí el interés de participar en este proyecto, comentó.
En este contexto, acotó, se analiza la fracción orgánica que constituye a las partículas, por debajo 2.5 micrómetros, que son las que impactan en la salud. “Sin embargo, también hacemos la caracterización cualitativa de la componente orgánica adherida a las partículas emitidas de la quema de biomasa”.
Se realizaron tres muestreos. “En laboratorio tenemos un método analítico validado que asegura la calidad de las mediciones, lo interesante de este proyecto es que empató con un desarrollo tecnológico que está en proceso de patente, eficiente y rápido”.