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El diputado Clemente Castañeda Hoeflich presentará el miércoles, ante la Comisión Permanente del Congreso de la Unión, una iniciativa de reformas a los artículos 40, 42 y 43 de la Ley de Premios, Estímulos y Recompensas Civiles, para que la Orden Mexicana del Águila Azteca, máximo reconocimiento que otorga el Estado Mexicano, no pueda ser entregada por uno solo de los poderes de la nación, sino que la decisión sea sometida a la aprobación del Senado de la República o en su caso de la Comisión Permanente del Congreso de la Unión.

“Esta reforma haría posible un escenario propicio para un debate necesario en el que deban ser expuestas las razones y argumentos que fundamentan la decisión de otorgar el más importante de los reconocimientos del pueblo de México a ciudadanos extranjeros”, subraya la propuesta del coordinador del Grupo Parlamentario de los Diputados Ciudadanos.

Junto con esta iniciativa, el diputado Castañeda presentará también ante la Comisión Permanente del Congreso un grave extrañamiento al titular del Ejecutivo Federal, por el otorgamiento de la Orden del Águila Azteca, en grado de collar, al Rey de Arabia Saudita, Rey Salman bin Abdulazis Al-Saud, por considerar que no encarna los ideales necesarios para merecer el máximo reconocimiento del Estado Mexicano.

"Que esta condecoración haya sido impuesta al Rey Salman bin Abdulazis Al-Saud, cuyo mandato se ha caracterizado por ejecuciones y violaciones a los derechos humanos, es un ejemplo de que la más alta presea nacional no puede ser otorgada en forma unilateral por el Poder Ejecutivo".

El pasado 17 de enero, Enrique Peña Nieto, en su calidad de titular del Ejecutivo Federal, decidió otorgar al Rey Salman bin Abdulaziz la Orden Mexicana del Águila Azteca, “por su valioso interés y notable voluntad para fortalecer las buenas relaciones entre México y Arabia Saudita”, y “con el objeto de reconocer servicios prominentes prestados a la Nación Mexicana o a la humanidad”.

“Este hecho –sostiene el diputado Castañeda– ha generado una legítima inconformidad en el pueblo de México, ante lo que se considera la entrega inmerecida del máximo reconocimiento nacional a un gobernante que lleva menos de un año en el poder y no se ha caracterizado por ningún mérito en sus relaciones con México y el mundo”.

El legislador por Jalisco cita que el 23 de enero de 2015 asumió el trono del Reino de Arabia Saudita el Rey Salman bin Abdulaziz Al-Saud, cuyo reinado se ha caracterizado por el incremento generalizado de las ejecuciones públicas, alcanzando un total de 188 ejecuciones aprobadas por él desde la fecha en que asumió el poder, lo que significa un incremento de casi el doble respecto del año anterior.

En dicho contexto, el 2 de enero de 2016, junto a la de otras 46 personas, fue ordenada la ejecución pública del jeque Nimr Baqer al Nimr, un connotado clérigo chií que encabezó en 2011 las protestas antigubernamentales que entonces tuvieron lugar en el marco de la “Primavera Árabe”. Dicha ejecución no sólo detonó una serie de enconadas protestas en el mundo árabe y una ola de condenas internacionales, sino que llevó incluso a la ruptura de relaciones diplomáticas entre la República Islámica de Irán y el Reino de Arabia Saudita, luego de que manifestantes iraníes atacaran la embajada de Arabia Saudita en Teherán.

Asimismo, junto al clérigo chií, fueron ejecutados otros tres presos políticos, los estudiantes universitarios Mohammed Faisal Al-Shuyoukh, Muhammed Al-Suwamil y Alí Sayd Al-Rubh, también debido a su participación en las protestas de la “Primavera Árabe”. Todos fueron decapitados y luego sus cuerpos crucificados públicamente el mismo 2 de enero; el Rey Abdulaziz Al-Saud firmó la ratificación de semejantes condenas.

De igual manera, el Reino de Arabia Saudita no ha firmado ni ratificado diversos instrumentos internacionales en materia de derechos humanos de la Organización de las Naciones Unidas, entre los que se cuentan el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, y el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales.

“Por lo anterior, y dado que la Orden del Águila Azteca es el máximo reconocimiento que otorga el Estado Mexicano a un ciudadano extranjero, resulta imprescindible que en el futuro ésta no vuelva a ser otorgada a personalidades cuestionables. Este reconocimiento se otorga, de acuerdo con la Ley de Premios, Estímulos y Recompensas, a los extranjeros que haya prestado servicios prominentes a la Nación Mexicana o a la humanidad”, cita el diputado Castañeda en la iniciativa de reformas que presentará ante la Comisión Permanente del Congreso.

Respecto al extrañamiento al Ejecutivo Federal, considera que el otorgamiento del Águila Azteca al Rey de Arabia contrasta con los nombres de personajes ilustres a quienes antes les fue otorgado dicho reconocimiento, como Nelson Mandela, José Mújica, Rigoberta Menchú, Gabriel García Márquez, Amartya Sen, Plácido Domingo o Mario Vargas Llosa.

“La Orden del Águila Azteca es el máximo reconocimiento del Estado Mexicano, y en tal sentido debería representar los ideales que el pueblo de México tiene respecto de la política, las artes o la defensa de los derechos humanos, y que se encarnan en aquellas personalidades a quienes se otorga”.

"Sin embargo, el otorgamiento de la Orden del Águila Azteca al Rey de Arabia Saudita, contrasta radicalmente con dichos ideales, y ni el Ejecutivo Federal ni el Consejo de dicha Orden han extendido al pueblo de México una explicación sobre dicha decisión", advierte el diputado Clemente Castañeda.