Los matrimonios a temprana edad constituyen una clara violación a los derechos humanos, y provocan una reducción significativa en las oportunidades de los menores para recibir educación y desarrollar plenamente todas sus capacidades, advirtió el senador Eviel Pérez Magaña.
Ante este panorama, el legislador solicitó a las entidades federativas que aún permiten el matrimonio entre menores de edad reformar su legislación en materia familiar, y establecer como requisito que los contrayentes tengan 18 años cumplidos, a fin de garantizar el sano desarrollo de los individuos.
En la mayoría de los estados se prevé un rango de 14 a 16 años para el casamiento, y en algunas entidades existe la figura de “la dispensa de edad”, que consiste en la autorización de un juez de primera instancia o del presidente municipal, para que un menor pueda contraer nupcias si así lo autorizan quienes ejercen su patria potestad o tutela.
En un punto de acuerdo, que se envió a la Comisión de Atención a Grupos Vulnerables, Pérez Magaña expone que Coahuila, Colima, Estado de México, Guanajuato, Guerrero, Hidalgo, Querétaro, San Luis Potosí, Sonora, Tlaxcala, y recientemente Oaxaca, establecen los 18 años como edad mínima para casarse, aunque incluyen la dispensa.
El marco jurídico de Oaxaca, agregó, establece que si los padres de un menor de edad consienten que éste contraiga matrimonio, deberán solicitar autorización al juez de primera instancia de su domicilio.
El Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), basado en el Censo de Población y Vivienda del 2010, reporta que en el país 43.9 por ciento de la población de 15 años y más está casada. En el documento “Estadísticas de matrimonios y divorcios 2010” se señala que, a nivel nacional, hay registrados 568 mil 632 matrimonios, de los que 100 corresponden a menores de 15 años y 53 mil 590 a contrayentes de entre 15 y 19 años.
El senador Pérez Magaña resaltó que el matrimonio a temprana edad, prematuro o infantil es una práctica que se da en todo el mundo, donde los menores son víctimas a enlaces forzados y concertados por los propios padres o tutores.
Esta situación provoca que los menores se separen de su núcleo familiar, que les causen limitaciones para relacionarse con personas de su misma edad y una reducción significativa de las oportunidades de desarrollo personal.