Es necesario que la Secretaría de Relaciones Exteriores garantice que la garita “San Ysidro-Tijuana”, permanezca abierta y opere con normalidad, independientemente de que se abra el punto fronterizo de “El Chaparral”, en Baja California, solicitó el diputado Óscar Martín Arce Paniagua (PAN), a través de un punto de acuerdo presentado en la Comisión Permanente.
Expuso que el cierre definitivo de esta garita representaría un impacto económico negativo, pues en términos de producción laboral para Tijuana-San Diego las pérdidas anuales ascenderían a casi mil 870 millones de dólares y miles de empleos, según lo indican estudios de el Colegio de la Frontera Norte (Colef).
Lo anterior, ante el reciente cierre de la garita San Ysidro o también llamada Puerta México, por la nueva El Chaparral, -la cual está concluida del lado mexicano-, así como los trabajos para conectar la autopista interestatal 5 de Estados Unidos con El Chaparral, en Tijuana.
Refirió que en esta garita se registra al año el cruce de 40 millones de vehículos, 260 mil autobuses y más de 100 millones de personas. Tan sólo en 2011 hubo 48 millones de cruces, por lo que su cierre se traduce en pérdidas económicas importantes en perjuicio de las economías de México y Estados Unidos.
El documento que analiza la Segunda Comisión -Relaciones Exteriores, Defensa Nacional y Educación Pública- de la Permanente, menciona que la congestión e insuficiente infraestructura en las garitas de la frontera de Tijuana y San Diego reducen la productividad y la viabilidad económica regional, aumentan el costo económico del transporte y deterioran el ambiente.
De acuerdo con el Colef y la Secretaría de Turismo federal, en los últimos 7 años han dejado de llegar a los destinos turísticos de México a lo largo de su frontera norte un estimado de 76 millones de visitantes, por lo que se ha dejado de percibir una derrama estimada de dos mil 500 millones de dólares, añade.
Precisa que los cruces fronterizos vehiculares entre Baja California y California se duplicaron en un lapso de 15 años, lo que implica un impacto económico millonario en transporte. Además, estas dos ciudades conforman una parte de la frontera entre México y Estados Unidos con más cruces fronterizos: casi 451 millones de vehículos y 260 millones de peatones en los últimos 15 años.
En la frontera norte, la ubicación geográfica de Baja California respecto de California, representa una oportunidad para posicionarse como un lugar de exportación de productos regionales y mercancías, mediante un proceso planificado de crecimiento y desarrollo de infraestructura.
Arce Paniagua precisa en el punto de acuerdo que el incremento en la interacción económica de la frontera provoca que uno de los retos sean los tiempos de espera, la congestión peatonal y vial, ya que esto se ha convertido en un inhibidor del desarrollo económico con pérdidas económicas millonarias para la región de Tijuana y San Diego.
En fines de semana, subraya, las filas pueden llegar hasta 300 autos por carril, con esperas de casi cuatro horas. Las largas filas que se registran al cruzar la frontera de Tijuana a Estados Unidos representan pérdidas económicas millonarias para Baja California y California.
Resalta que dichos cruces favorecen el intercambio de bienes y servicios, lo que obliga a que la infraestructura del transporte se amplíe y actualice, para lo cual las autoridades de México y Estados Unidos deberán coordinarse para una solución integral y de largo plazo, teniendo identificado el desarrollo de cruces fronterizos como El Chaparral-Puerta México, en la ciudad de Tijuana, Baja California.