Por Francisco Chiquete

Mazatlan, Sin.- Hay quienes dicen que fue un llamado de atención para advertir dónde y cuándo se tomará la gran decisión. Otros, que fue para placear al personaje.

El caso es que reparó en la presencia de su coordinador de comunicación social, David López Gutiérrez, en el presídium del evento. Explicó que no se trata de una situación cotidiana, pues normalmente los jefes de prensa no suben al presídium, pero con David se daba esta situación especial.

Pero lo fuerte estuvo en su advertencia implícita de que conoce la situación que priva en la entidad, particularmente en lo que se refiere a la grilla.

Cada vez que viene (David López) señor gobernador, los políticos sinaloenses se inquietan mucho, pero no hay razón para ello, porque David está en lo suyo, trabajando en la comunicación social y ayudando al Presidente de la República, dijo Peña Nieto, levantando no sólo un fuerte aplauso, sino murmullos y risas entre todos los asistentes, asombro en algunos como Héctor Melesio Cuen Ojeda, quien pedía a sus vecinos de asiento confirmación de lo que acababa de oír, un ceño duro en otros y expectación entre algunos miembros del presídium.

Por supuesto, el aludido, David López Gutiérrez, sonreía plenamente, aunque no podía ocultar el tono rojizo que tomó su rostro, en una ruborización extraña en alguien que tiene tanto tiempo en el servicio público y en las danzas de la política, mientras abría los brazos y las palmas en señal de disposición para lo que venga, especialmente porque en lo que decide el presidente.

Pero la sorpresa no terminó ahí: los murmullos, risas y aplausos no permitieron a muchos captar completamente el colofón del discurso: “pero nunca mates esperanza alguna, mi queridísimo gobernador”. Entonces sí se vino el desconcierto: abundaron los “qué dijo” “¿tú oíste bien?” ¿Sabes a qué se refirió?”.

Las versiones de cada quien fueron moneda intercambiable y los aplausos terminaron por ahogar las dudas.

En poco más de treinta palabras, el presidente descartó una posible candidatura de su colaborador, sólo para relanzarla su modalidad de esperanza, de posibilidad concreta, en un mensaje dirigido específicamente al gobernador, con una calidez que se correspondía con el torno ligero y juguetón con que inició el discurso en esa parte específica.

Al final no queda sino concluir que el coordinador de comunicación social de la Presidencia de la República está metido directamente en la todavía tempranera lucha por la sucesión gubernamental; que el Presidente quiso dar una muestra de que sabe bien cómo andan las cosas, y de que está en su interés “placear” a sus colaboradores en posición de alcanzar posiciones electorales.

A lo mejor era sólo una broma en el equipo, pero al expresarla como parte de su discurso, el Presidente echó a rodar uno de los elementos más fuertes que hasta ahora ha tenido el proceso político sinaloense con miras a la elección del 2016. Aunque por supuesto, un Presidente de la República no suelta nada por casualidad.