Cientos de miles de tortugas golfinas escogen las playas mexicanas para depositar sus huevos. Escobilla, ubicada en el estado deOaxaca, es una de las tierras elegidas por las hembras para confiarle a la naturaleza el desarrollo de sus crías.

Miles de tortugas se sincronizan y salen a desovar en la misma noche, un fenómeno llamado “arribada” o “arribazón”, y que generalmente coincide con la fase lunar del cuarto menguante.

El 1 de octubre de este año, tuvo lugar la cuarta arribada en el santuario Playa de Escobilla, ubicado a 40 minutos al sur de Puerto Escondido, a donde llegaron alrededor de 250 mil tortugas, convirtiéndose en una de las más grandes e importantes de este año.

“El año pasado tuvimos 960 mil nidos, si lo multiplicas por 100 huevos que es lo que pone en promedio la especie, estamos hablando de 100 millones de huevos”, explicó en entrevista el director del Centro Mexicano de la Tortuga (CMT), Manuel Rodríguez Gómez.

La temporada termina por el mes de enero, pero este año se espera el mismo número, añadió.

Para el día 13 de noviembre se pronostica que salgan del cascarón dos millones de tortuguitas. “A partir de que ponen los huevos, esperamos 45 días para que se dé el nacimiento de esta especie” detalló Rodríguez.

Sobrevivientes

Al salir del agua, la hembra se arrastra hacia la playa para encontrar un sitio apropiado para desovar, cava con sus aletas un hoyo del tamaño de su cuerpo. Luego, con las aletas traseras, hace un hoyo más profundo en forma de vasija alargada y entonces deja caer sus huevos en él. Alrededor de cinco kilómetros, de los 15 que tiene Escobilla, son utilizados por la especie para este maravilloso fenómeno.

“En playas como éstas, donde tortugas ponen el nido dentro del mismo nido de la arribada pasada, donde todavía hay tortugas que no han nacido, se pierden bastantes huevos. Estamos hablando de una tasa de sobrevivencia de 14 por ciento, o sea que se queda mucha materia orgánica, mucho huevo orgánico. Sin embargo, algunas ponen sus huevos aisladamente en otras playas y hasta 80 por ciento de ellas sobreviven”, describió el encargado del CMT.

Mencionó que otro peligro para las tortugas es la basura orgánica, como palos y cocos secos, y la inorgánica, como colillas de cigarros y latas de refresco “porque las crías que nacen pequeñas, se atoran y cuando le pegan directamente los rayos del sol, prácticamente se mueren”.

Por ello, el personal del Centro Mexicano de la Tortuga y los pobladores de Escobilla tuvieron que realizar exhaustivas limpiezas de playa para una exitosa eclosión de crías.

Con la ayuda de la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa), de 20 elementos de la Secretaría de Marina (Semar), de la Asociación Civil Costasalvaje, así como voluntarios, los esfuerzos de conservación del Centro Mexicano de la Tortuga, operado por la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (Conanp), son un ejemplo de éxito.

Centro Mexicano de la Tortuga

Entre las funciones que tiene el centro, dirigido por Manuel Rodríguez, está administrar tres campamentos tortugueros en el Pacifico Sur, los cuales son de gran relevancia debido a que la costa de Oaxaca es la que tiene la mayor presencia de tortugas marinas en anidación del planeta.

El trabajo de monitoreo es liderado por las biólogas Erika Peralta y Tere Luna, las cuales coordinan entre 10 y 15 personas —estudiantes, voluntarios, tesistas y personas de las comunidades de Escobilla, Tilzapote, Guapinole y Macahuite— que apoyan en las labores.

Por su parte la Asociación Civil Costasalvaje y su equipo de voluntarios apoyan los esfuerzos de conservación del Centro Mexicano de la Tortuga, mediante educación ambiental, talleres de sensibilización y la participación activa en los diferentes campamentos tortugueros.

Con información de la revista digital Teorema Ambiental