La profesora de la Universidad de Sao Paulo, Brasil, María Cristina Cacciamali, conferencista invitada por el Centro de Estudios de las Finanzas Públicas, dijo que la política social no debe ser confiscada por partidos políticos o empresas, sino que debe ser manejada de forma directa y efectiva por el Estado.
Afirmó lo anterior durante la conferencia Construcción de Políticas Públicas para el Desarrollo, durante la cual explicó el modelo de economía social aplicado por Brasil para la atención de grupos en pobreza y su comparación con el esquema empleado por México.
Cacciamali expresó que el manejo económico debe ir en el mismo sentido que el aspecto social, por lo que subrayó la importancia de la reciente visita del expresidente brasileño, Luis Inácio Lula da Silva a México, para el asesoramiento en programas de atención a personas en situación de pobreza, principalmente alimentaria, como el de la Cruzada Nacional contra el Hambre.
“Durante el gobierno de Lula da Silva hubo una masificación de los programas sociales”, resaltó la ponente, quien también cursó un posgrado en el Instituto Tecnológico de Massachusetts.
Agregó que pesar de la crisis económica por la que pasó América Latina en el 2008, los países lograron superarla “de forma tenue”; sin embargo, dijo, se empieza a percibir un desgaste en el modelo implementado.
Informó que otro de los modelos aplicados es el de la universalización de la enseñanza fundamental y la ampliación de la educación media, lo que aumentó la oferta de alumnos calificados.
Explicó que entre los programas en contra del desempleo en su país destaca el Seguro de Desempleo para personas con 180 días trabajando y que tengan contrato registrado; haya sido despedido sin justa causa y carezca de otra fuente de ingreso.
El director del Centro de Estudios de las Finanzas Públicas, Raúl Mejía González, afirmó que las experiencias de Brasil “son muy importantes para nosotros a fin de que lo poco que se tenga en los programas, llegue de una manera más eficiente a quienes debe llegar”.
Cuestionó la ambición de muchas personas con recursos, que “se aprovechan de las circunstancias para lograr subsidios sin necesitarlos realmente”.
Destacó las grandes similitudes entre los modelos económicos de México y Brasil, principalmente en lo relativo al combate a la pobreza, crecimiento acelerado para mejorar las condiciones de vida de sus habitantes, y acciones en salud y educación.
Precisó que el propósito del foro es aprovechar las experiencias de Brasil y vincularlas a la realidad mexicana. “Los retos son muy coincidentes, pero nos han dicho que eso el milagro brasileño no lo es tanto, porque aunque lo lograron en algún momento, hubo grandes dificultades”.